Al menos 3,340 personas fueron asesinadas en 2018 en El Salvador y, a pesar de que la situación mejoró considerablemente respecto a los últimos tres años, la nación centroamericana aún es una de las más violentas del mundo.
El director general de la Policía Nacional Civil (PNC), comisionado Howard Cotto, informó en conferencia de prensa el miércoles que el año pasado hubo un promedio de 50.3 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, el equivalente a 9.2 por día, lo que implica una considerable reducción desde los 6.425 de 2015 –considerado el año más violento de los últimos tiempos– con un promedio de 103 por cada 100.000 habitantes.
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En 2017, la tasa fue 60.8 por cada 100.000 habitantes y un promedio de 10.8 por día.
“Por tercer año consecutivo existe una reducción y esto es positivo, es un avance, es un logro importante para el gobierno”, dijo a The Associated Press el criminólogo y experto en temas de seguridad y pandillas, Ricardo Sosa, y recordó de las “escandalosas cifras de homicidios” que se registraba en 2015 en su mayoría eran perpetrados por las maras o pandillas.
No obstante, Sosa también señaló que por supuesto siempre existe un promedio alto de homicidios, “que sigue afectando al país, afecta la inversión” y que mantiene a El Salvador entre los países más violentos del mundo.
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“A pesar los logros hay que reconocer que no es suficiente. Todavía no podemos salir de ese listado porque nos mantenemos por arriba de 50 homicidios por cada 100.00 habitantes”, sostuvo el experto criminólogo.
El director de la policía también destacó que en 2018 registraron 383 feminicidios, 86 menos que el año anterior, lo que representa una disminución del 18,3%.
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Cotto dijo que la disminución en la cifra de los homicidios se debe en parte al trabajo en materia de prevención en las comunidades en riesgo, la implementación de medidas especiales en las cárceles aislando a los cabecillas de las pandillas, y a la mejora en los proceso de investigación que les ha permitido atacar a las cabezas de estas estructuras criminales e incautándoles bienes y dinero. Resaltó que de los 262 municipios del país, en 46 no se registraron homicidios, mientras que en 2017 solo fue en 36.
Informó que, además, el año pasado hubo 341 enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y las pandillas en los que murieron 208 delincuentes, 205 menos que lo registrado en el año anterior.
En El Salvador, las maras o pandillas están integradas por más de 67.000 jóvenes y adultos. Se encuentran en barrios y comunidades populosas y según las autoridades están involucradas en el narcotráfico, la extorsión y el crimen organizado.