CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El nuevo presidente izquierdista de México dijo el miércoles que las relaciones con el presidente de Estados Unidos Donald Trump son “buenas” y que probablemente hablen pronto sobre el tema migratorio.
Muchos analistas habían pronosticado que el presidente Andrés Manuel López Obrador se enfrentaría con Trump por el tema, sobre todo desde que una caravana de unos 7.000 migrantes centroamericanos se estableció en la frontera con Estados Unidos el mes pasado. La presencia de la caravana y un intento de hacer un cruce fronterizo masivo ocasionó que Trump amenazara con cerrar la frontera.
PUBLICIDAD
Sin embargo, López Obrador dijo que tiene esperanza de que ambos lados puedan acordar una ayuda al desarrollo para Centroamérica y el sur de México y así crear empleos y que la gente no tenga que emigrar.
“Tenemos comunicación permanente y es buena comunicación”, dijo López Obrador el miércoles. “Son buenas las relaciones”.
“Es muy probable que en estos días nos comuniquemos con el presidente Donald Trump para este asunto en especial, lo que tiene que ver con el fenómeno migratorio”, dijo.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard actualmente está en Washington para hablar sobre el tema.
Sin embargo, López Obrador evadió preguntas sobre si México acordará albergar a los migrantes mientras sus solicitudes de asilo son procesadas en Estados Unidos, como supuestamente lo han propuesto funcionarios estadounidenses.
PUBLICIDAD
En su primera semana al mando, López Obrador dijo que considera qué medidas tomar en relación a su extremadamente relajada seguridad personal, que ha sido ampliamente criticada.
El mandatario dijo que se está revisando el tema. “Me lo están planteando constantemente familiares, amigos, miembros de la sociedad civil, ustedes (la prensa), todos”, dijo.
AMLO, como también lo conocen en México, tiene una conferencia de prensa cada mañana y en la del martes, una activista logró escabullirse entre los periodistas y corrió hacia López Obrador al final de la conferencia para presentarle una petición.
Un empleado siguió a la mujer, pero no logró evitar que alcanzara al presidente, quien aceptó los documentos que le entregó, la abrazó y le dio un beso en la mejilla.
Los reporteros tienen que pasar por un detector de metales para entrar al Palacio Nacional, en donde se llevan a cabo las conferencias, pero López Obrador con frecuencia estrecha la mano de los presentes en donde no hay filtros de seguridad.
“No siento, no percibo ninguna amenaza”, dijo. “Creo que el que lucha por la justicia no tiene nada que temer”.
A López Obrador le encanta el contacto con la gente común y las muchedumbres, ha negado la guardia presidencial militar, y echado a andar sus planes de vender el avión presidencial y volar en clase turista.
“No quiero perder la relación con los ciudadanos, con el pueblo, no quiero que me cerquen”, dijo López Obrador.
López Obrador ha intentado apaciguar el nerviosismo en los mercados financieros, sobre todo ante el temor de los posibles efectos en los inversionistas de los bonos que en parte ayudaron a financiar la construcción del aeropuerto de la Ciudad de México que López Obrador ha decidido cancelar.
El nuevo gobierno anunció la oferta de adquirir unos 1.800 millones de dólares de los 6.000 millones de dólares en bonos por pagar del aeropuerto. Sin embargo, el miércoles un despacho legal que representa a algunos de los tenedores de bonos manifestó sus dudas en relación a la oferta.
En comunicado, la firma Hogan Lovells dijo que las preocupaciones están relacionadas con la posible debilitación del colateral que respalda los bonos. La mayoría de los bonos están respaldados por la tarifa de uso del aeropuerto actual.
López Obrador también dijo el miércoles que probablemente no licite nuevas concesiones de exploración petrolera durante tres años, mientras México espera la inversión y producción prometida por las firmas privadas cuando ofertaron para los bloques petroleros en la costa en concesiones previas.