La casa donde murió Pablo Escobar, el 2 de diciembre de 1993 en Medellín, cuenta con una difícil dicotomía. Este inmueble permaneció desocupado durante casi 15 años. Hoy en día es sede de un particular negocio, propiedad de una holandesa, y a su vez un punto permanente de referencia en los llamados ’narcotours’.
La casa, ubicada en el barrio Los Olivos del occidente de Medellín, es muy distinta a como era hace 25 años. El inmueble fue comprado por un testaferro, y en él Escobar pasó sus últimos 15 días de vida. El capo murió junto con su lugarteniente Álvaro de León Agudelo, alias ’Limón’.
PUBLICIDAD
Los años posteriores llevaron a que la casa fuera prácticamente destruida. Quedó desocupada más de 15 años luego de que pasara a propiedad de la Dirección Nacional de Estupefacientes. Durante esos años fue víctima de la indigencia, la drogadicción y hasta los ’guaqueros’. Solo hasta el 2009 fue vendida. El propietario la reconstruyó y le puso un tercer piso.
Aún así, los taxistas y ’narcotours’ se paran en este inmueble. Miles de turistas que llegan a Medellín recorren la zona viendo donde murió el capo. Y casi todos creen que allí, en efecto, se ve la casa donde murió Pablo Escobar.
Pero no sucedió.