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“Yo dije: ‘O me voy, o me voy a morir en esto”

23 mujeres han sido asesinadas en lo que va de año a causa de la violencia de género. Hoy Yarilis Rivera Vega cuenta cómo salió de un patrón de maltrato

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“Nadie sabe la fuerza que tiene hasta que lo único que le queda es ser fuerte”. Con estas palabras, Yarilis Rivera Vega, una abogada y neurocoach, describió su proceso para salir de un patrón de violencia de género perpetuado durante seis años por su exesposo, con quien vivió más de una década.

Apoyo de sus seres queridos, trazar proyectos nuevos y mantener su mente ocupada,  así como la protección y herramientas de la Casa Protegida Julia de Burgos fueron determinantes para dejar atrás la difícil experiencia. Hoy, con la intención de inspirar a otras mujeres, levanta su voz en todos los espacios a los que pertenece.

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En su caso, las agresiones mayormente fueron verbales, que culminaron tornándose físicas. El miedo y las ideas socialmente impuestas sobre “salvar” su matrimonio la detuvieron por mucho tiempo. Cuando iba a trabajar, no podía dirigirse al juez, no podía desempeñarse en el tribunal como quería.

“Yo no podía dejar a mi agresor porque yo me sentía culpable de no salvarlo. Uno suele entrar y salir, y cada vez que yo lo dejaba yo viraba por el sentido de culpa que me daba. Se nos educa para sentir culpa”, dijo.

Cuando su exesposo perpetuaba nuevamente una agresión, planificaba el “día perfecto” para irse, pero nunca llegaba. La preocupación por un hogar seguro, por la estabilidad económica afloraban. Ninguna de esas cosas valía la pena si no estaba viva. Se sintió “fatigada” y entendió que tenía que escapar rápido.

“Tú estás pendiente a tú agresor, a que tu agresor esté bien. A que esté complacido. A no hacer nada que incomode al agresor. Todo el tiempo estás mirando la complacencia del agresor y te agota”, contó.

“Yo dije: ‘O me voy o me voy a morir en esto’ […] Esa es mi recomendación, el día perfecto no existe. Tienes que salir. La única forma de salir viva de una relación de maltrato es irte ahora”, agregó.

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Cuando se fue, su agresor creyó que regresaría. “Recuerdo que él me dijo cuando me fui: ‘Vas a virar en la próxima curva’. Estaba seguro de que me tenía en sus redes. Él sabía que yo tenía terror”.

Se equivocó. Luego de dormir dos noches en su oficina, Rivera Vega contactó a la Casa Protegida Julia de Burgos y se rodeó de su familia.

El equipo de la organización sin fines de lucro le brindó ayuda emocional y delineó un plan de escape para mantenerse a salvo de su agresor. Además, le dio techo bajo su programa de vivienda transitoria con seguridad. Lo más importante para ella es que la Casa Protegida Julia de Burgos está en un lugar desconocido y trabajan bajo anonimato, algo que, en aquel momento, consideraba importante para su trabajo como abogada.

Actualmente, dice que su oficina “floreció” y se desempeña en su trabajo mejor que nunca. Además, ha viajado a diversas partes del mundo con su organización Alas de Metal ofreciendo charlas de motivación y apoyo emocional a mujeres que sufren de violencia de género.

En Puerto Rico, 23 féminas han sido asesinadas en lo que va de año en situaciones de violencia de género, 12 más que en el 2017. La Policía investiga otras 21 muertes que podrían aumentar las estadísticas.

Si usted está bajo un patrón de violencia, contacte las siguientes oficinas: 

• Procuradora de la Mujer|787-722-2977

• Policía de Puerto Rico| 787-343- 2020 | 911

• Coordinadora Paz para la Mujer| 787 – 281 – 7579

• Casa Protegida Julia de Burgos| 787-723-3500

• Centro de Ayuda a Víctimas de Violación| 787-765-2285

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