WASHINGTON — El Partido Demócrata recuperó las riendas de la Cámara de Representantes en las elecciones de mitad de periodo del martes gracias a una oleada de nuevos candidatos y al entusiasmo de los votantes. La formación rompió el monopolio de los republicanos en Washington y preparó el escenario para multitud de pesquisas sobre el presidente Donald Trump que podrían afectar a su gobierno durante los próximos dos años.
Los demócratas, que rompieron la hegemonía republicana en la cámara baja iniciada con la revolución del Tea Party en 2010, arrebataron más de dos docenas de escaños a sus rivales en distritos suburbanos de todo el país para sumar las 218 bancas que le otorgan la mayoría.
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Con varias carreras todavía por decidir, la formación podría seguir incrementando su ventaja.
Aunque el Partido Republicano retuvo el control del Senado, el resultado de los comicios en la Cámara podría suponer el estancamiento de la agenda del presidente en el Capitolio o, por el contrario, abrir una nueva era de pactos.
Como partido mayoritario, los demócratas presidirán poderosos comités y tendrán poder de citación para buscar las declaraciones fiscales de Trump e investigar de forma más agresiva la interferencia rusa en las presidenciales de 2016 y la posible colaboración entre Moscú y el equipo del dirigente.
“Mañana será un nuevo día en Estados Unidos”, dijo la líder demócrata Nancy Pelosi en Washington.
La campaña para estos comicios se desarrolló en un contexto de dura retórica y enconados debates sobre inmigración, sanidad y el papel del Congreso en la supervisión del presidente.
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Los candidatos demócratas ganaron escaños republicanos en varios distritos suburbanos a las afueras de Washington, Filadelfia, Miami, Chicago, Denver y Dallas, que eran considerados objetivos primordiales para el cambio ya que apoyaron a Hillary Clinton en 2016. Además, se adentraron en el territorio de Trump al intentar recuperar a los votantes blancos de clase obrera.
Las elecciones de mitad de legislatura suelen ser complicadas para el partido en el poder. El poder del Partido Republicano se vio mermado además por un número inusualmente elevado de retiros, así como por las luchas internas entre conservadores y centristas por su lealtad a Trump.
Los demócratas, por su parte, se beneficiaron del extraordinario entusiasmo de los votantes, de una sólida recaudación de fondos y de las nuevas caras en sus boleta. Bajo el paraguas de la formación se presentaron más mujeres que nunca, además de veteranos y minorías, muchos motivados por la alarma generada por el ascenso de Trump.
Con el recuento todavía abierto, los votantes habrían elegido a al menos 99 mujeres para la cámara baja, batiendo el record actual de 84 representantes.
En su intento por contener las pérdidas republicanas, Trump se refirió solo de pasada a su rebaja fiscal de 1,5 billones de dólares _ el logro más distintivo del partido en el Congreso _ y se centró en las regiones de mayoría blanca, donde efectuó oscuras advertencias y premoniciones. El mandatario predijo una “invasión” de la caravana de migrantes que avanzaba por México hacia la frontera y calificó de “radical” la agenda de Pelosi.
Trump tampoco se implicó demasiado en la campaña para la Cámara, señalando que su interés estaba en salvar el Senado.
El martes en la noche llamó a Pelosi para felicitarla y reconoció su petición de bipartidismo, dijo el vocero de la demócrata.
La salud y la inmigración estaban muy presentes en la mente de los votantes que ejercieron su derecho al sufragio el martes, según una amplia encuesta elaborada por The Associated Press. AP VoteCast también mostró que la mayoría de los electores consideró que Trump era un factor en su decisión.
En la zona de Miami, Donna Shalala, que en su día formó parte el equipo de Clinton, ganó un escaño mientras que el representante republicano Carlos Curbelo perdió en su intento por renovar su mandato por tercera vez en otro distrito.
En los suburbios de la capital, la representante de Virginia Barbara Comstock, quien era una de las republicanas en mayor riesgo de ceder su escaño, perdió ante Jennifer Wexton, fiscal y legisladora estatal.
En las afueras de Richmond, Virginia, el que en su día fuera favorito del Tea Party, el congresista Dave Brat, perdió ante la demócrata Abigail Spanberger, una exagente de la CIA que entró en política cuando el gobierno votó para eliminar la Ley de Cuidado de Salud Asequible impulsada por el expresidente Barack Obama.
Pensilvania lucía particularmente desalentador para los republicanos tras el reordenamiento de los distritos impuesto por un tribunal y una serie de retiros que dejaron varios escaños disponibles. El favorito demócrata Conor Lamb, quien sorprendió a Washington al ganar una elección especial en el estado, venció al representante republicano Keith Rothfus en un nuevo distrito. Al menos otros tres distritos que eran republicanos pasaron a manos de demócratas.
En Kansas, la demócrata Sharice Davids desbancó al titular republicano y se convirtió en la primera mujer indígena y homosexual en ser elegida a la cámara baja.
Los demócratas protagonizaron otras elecciones pioneras, como la de dos mujeres musulmanas, Rhasida Tlaib en Michigan e Ilhan Oman en Minnesota, que es además la primera somalí-estadounidense que ocupará una banca en el Congreso. En el lado republicano, la mayoría de vencedores fuieron hombres blancos.
Pero en Kentucky, una de las principales aspiraciones demócratas, la expiloto de combate de la Marina Amy McGrath perdió frente al republicano de tres periodos Andy Barr en el distrito del área de Lexington.