Si ya era famoso por sus fugas desde la cárcel, o el día en que lo entrevistó Sean Penn para Roling Stone, la serie que contó su vida en Netflix terminó de hacer un ícono del narcotraficante más mediático de las últimas década: el mexicano Joaquín “el Chapo” Guzmán, que hoy lunes será llevado finalmente ante el juzgado en Estados Unidos tras ser extraditado desde México en enero de 2017.
Se espera que el juicio dure por lo menos tres meses, ya que contra Guzmán Loera hay 11 cargos de narcotráfico, conspiración y lavado de dinero, por lo que, si perdiera el juicio, se le aplicaría cadena perpetua (no puede ser condenado a muerte, como acuerdo de extradición).
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“Fuera de control”
En el Tribunal Federal de Distrito de Brooklyn, los fiscales federales planean ofrecer pruebas que involucran a Guzmán Loera, exlíder del Cártel de Sinaloa, en al menos 33 asesinatos, de acuerdo con información de The New York Times. Esto escandalizó al juez Brian M. Cogan, quien preside el juicio, lo cual indicó es “demasiado” y “fuera de control”.
Análisis
Por: Ángel Armando Rodríguez Luna,
Investigador Casede
¿Qué se espera del juicio?
–Lo que se espera es un show, se espera una especie de despliegue de seguridad —particularmente en Nueva York— para resguardar la seguridad del Chapo, en principio, y también de algunos de los testigos que van a participar en este juicio. Se espera también que exista información relevante de las actividades del cartel de Sinaloa y, particularmente, de la fracción que Guzmán lideraba.
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Quizá también podemos esperar información relevante que permita mejorar las políticas contra el narcotráfico en el país, en este caso, en México, que no solamente se centren en la persecución de criminales o en la intervención de narcóticos, sino que también impacte la cooperación en materia de seguridad, y combata este fenómeno entre México y Estados Unidos, porque no solo basta con que se identifiquen y se visibilicen las dinámicas, tanto de la producción, trasiego y venta de narcóticos a través del cartel de Sinaloa, sino, sobre todo, de todas estas redes de políticos y agentes de instituciones de seguridad que participan en ambos países.
Creo que se ha puesto muy poco el acento todavía en la participación fundamental que tiene Estados Unidos para esto, de las redes de narcotráfico y corrupción dentro de Estados Unidos. Yo esperaría que este juicio ayude a evidenciar y visibilizar esto y, por lo tanto, dictar mejores políticas de cooperación entre ambos países.
En este juicio, ¿podríamos conocer nombres de políticos o personajes vinculados con las actividades del Chapo Guzmán?
–Tendríamos que conocerlos. Va a depender mucho de la manera en que los equipos de abogados de Guzmán y de los testigos protegidos lleven a cabo estas diligencias dentro de la corte. Se esperaría, en este sentido, que alimente información importante, tanto para el ámbito judicial como para el periodístico, acerca de qué nombres, particularmente, han participado desde, por lo menos, hace dos décadas.
Quizás más importante aún es lo que realmente se puede hacer entre ambos países para disminuir las capacidades operativas de estos grupos criminales. En los últimos 10 o 15 años, la cooperación de seguridad entre México y Estados Unidos se ha centrado en capturar a los principales cabezas, como por ejemplo la Iniciativa Mérida. Las estrategias de seguridad planteaban la captura de los líderes para, de ahí, derivar a la desarticulación de grupos criminales transnacionales. Y hemos visto que, en realidad, esto ha tenido poco impacto, tanto en el negocio como en disminuir los efectos. El efecto más perverso de todo ha sido la violencia en México.
¿Cuánto puede durar el juicio? ¿Cuándo conoceremos un veredicto?
–Tanto Guzmán como su defensa han planteado que son inocentes, y en ese sentido, esto puede hacer muy largo el juicio porque se va a buscar agrupar y dar solidez a todos los testimonios que existen y que, además, dan cuenta de los diferentes niveles de culpabilidad de Guzmán Loera, tanto en el tráfico de drogas como en los homicidios cometidos dentro y fuera de México.
Cabe señalar que esto es un grupo criminal que tiene operaciones criminales en más de 50 países del mundo. Valdría la pena para conocer un poco más, por lo menos desde la perspectiva del cartel de Sinaloa, cómo es que opera la delincuencia organizada transnacional en otras regiones del mundo y cuál es la verdadera articulación de redes y de actores legales e ilegales que hacen posible tal capacidad operativa. Va a ser tan corto o tan largo el juicio como se pueda dar alcance para evidenciar estas capacidades operativas dentro de México, en la relación con Estados Unidos y su alcance geográfico internacional.
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