Un cirujano plástico, un cardiólogo, gastroenterólogos y clínicos. Todos viven en Estados Unidos y sienten rabia e impotencia por la crisis que ha expulsado a cientos de miles de compatriotas de su natal Venezuela.
Por eso, este grupo de médicos trabaja codo a codo con militares del Comando Sur para participar en la misión humanitaria del barco hospital United States Naval Ship (USNS, por sus siglas en inglés) Comfort, que partió ayer desde Norfolk, Virginia, a Latinoamérica para asistir a lo largo de once semanas a miles de venezolanos que han huido de su nación.
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El navío recorrerá cuatro países afectados por la crisis de refugiados: Colombia, Perú, Ecuador y Honduras, aunque el foco de atención está en el país cafetero, a donde ha llegado la mayor parte de los 2,3 millones de venezolanos que han escapado de Venezuela en los últimos años. Allí, el barco hará dos paradas y permanecerá el doble de tiempo que en el resto de los puertos, un total de 18 días, divididos entre Riohacha y Turbo.
“Hemos trabajado de cerca con ellos (los países) para asegurar que estemos ofreciendo la atención correcta, en el momento correcto y en el lugar correcto “, dijo a la AP el contralmirante de guardacostas Steven Poulin, director de operaciones del Comando Sur.
Los especialistas del barco son en total 200, entre médicos, enfermeras, técnicos y militares, los que esperan atender a unos 750 pacientes cada día y realizar unas 20 cirugías diarias.
El capitán William K. Shafley III, vice comodoro de la Marina estadounidense, dijo que como se trata de una misión en la que están involucrados también otros países y organizaciones, es difícil determinar el costo exacto de la misión. Lo estimó en unos 33 millones de dólares.
El barco no irá a Venezuela, pero el gobierno de Maduro considera su despliegue como una amenaza y parte de un esfuerzo estadounidense de allanar el camino para una intervención militar con la excusa de ofrecer ayuda humanitaria.
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La misión tiene lugar en un momento de máxima tensión en las relaciones de Estados Unidos y Venezuela. Ambos países están sin embajadores desde 2010, pero Donald Trump ha endurecido la política hacia Venezuela con una serie de sanciones que incluyen a su homólogo Nicolás Maduro y su esposa, Cilia Flores.
Venezuela enfrenta una severa crisis económica que ha desencadenado una situación social sin precedentes: la pobreza ascendió al 87% en 2017 y nueve de cada diez venezolanos no puede pagar su alimentación diaria, según un estudio de tres importantes universidades.
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La ONU ha alertado sobre el resurgimiento de enfermedades que ya habían sido erradicadas, como la malaria, el sarampión y la tuberculosis, y la grave situación económica sumada a la falta de insumos y medicinas ha impulsado también el éxodo de más de 20 mil médicos en los últimos años.