WASHINGTON (AP) — Después de varias semanas de acusaciones, politiquería y ruidosas protestas en el Capitolio, un par de senadores indecisos declararon el viernes que respaldarán la confirmación de Brett Kavanaugh para la Corte Suprema, con lo que prácticamente se garantiza que el Senado ascienda al jurista al máximo tribunal del país el sábado.
Los anuncios de la republicana Susan Collins, por Maine, y el demócrata Joe Manchin, por Virginia Occidental, pusieron fin a gran parte del suspenso en torno a la batalla política que ha acaparado la atención del país, a pesar de que algunos de los demócratas más fervientes insistieron en debatir durante la noche ante una cámara de Senadores prácticamente vacía.
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Algunos de ellos continuaron expresando su preocupación de que Kavanaugh inclinaría la corte aún más a la derecha, incluyendo posibles fallos solidarios con el presidente Donald Trump, quien lo nominó al cargo. Pero los argumentos en contra de Kavanaugh han quedado muy atrás desde que el caso se vio ensombrecido por las acusaciones de que abusó sexualmente de mujeres hace varias décadas, algo que niega rotundamente.
En el momento crucial del viernes, Collins, quizá la republicana más moderada de la cámara, expresó su apoyo a Kavanaugh hacia el final de un discurso ante el pleno que duró casi 45 minutos. A pesar de que fue parte de un puñado de republicanos que ayudó a desmantelar el intento de Trump de deshacerse de la ley de salud del presidente Obama hace un año, en esta ocasión resultó vital en la victoria de Trump.
Collins dijo a los otros senadores que el dramático testimonio que dio Christine Blasey Ford la semana pasada al describir el supuesto ataque sexual de Kavanaugh en 1982 fue “sincero, doloroso y convincente”. Pero también indicó que el FBI no encontró en los testigos que nombró Ford alguna evidencia que corroborara las acusaciones.
“No nos hará bien a largo plazo si abandonamos la presunción de inocencia e imparcialidad, por más tentador que parezca”, declaró. “Debemos recordar siempre que cuando las pasiones están más inflamadas, la imparcialidad corre mayor peligro”.
Esas pasiones fueron evidentes esta semana en una disputa que podría energizar a los votantes de ambos partidos rumbo a las elecciones por el control de Congreso, a realizarse en tan solo cinco semanas. Hubo ruidosas protestas —en su mayoría contra Kavanaugh — en el Capitolio, que estuvo lleno de tensión luego de que varios legisladores fueron confrontados por los manifestantes en repetidas ocasiones a pesar de la mayor presencia policiaca. El viernes fueron arrestados otros 101 manifestantes, indicó la policía del Capitolio.
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Se prevé que todo concluya la tarde del sábado con una votación final que prácticamente se apegará a las líneas partidistas. Eso representará un final anticlimático a una disputa que tuvo como telón de fondo al movimiento #MeToo (#AMíTambién) y el inquebrantable respaldo de Trump a su nominado, dos fuerzas en sentidos opuestos que durante semanas mantuvieron en duda el destino de Kavanaugh.
Manchin, el otro legislador que se había declarado indeciso, utilizó un comunicado vía email para anunciar su respaldo a Kavanaugh poco después de que Collins concluyó su discurso, convirtiéndose en el único demócrata a favor de la confirmación. Manchin enfrenta una complicada reelección el próximo mes en un estado en el que Trump ganó en 2016 con un margen de 42%.
“Mi corazón está con todos aquellos que han experimentado cualquier tipo de abuso sexual a lo largo de sus vidas”, dijo Manchin. Pero añadió que basándose en el reporte del FBI, “he encontrado que el juez Kavanaugh es un jurista calificado que se apegará a la Constitución y determinará los casos basado en las conclusiones jurídicas que se le presenten”.
Poco después, varios manifestantes le gritaron “¡Qué vergüenza!” mientras el senador hablaba con la prensa.