Es la palabra de él contra la de ella. El Senado de Estados Unidos interroga bajo juramento este jueves al juez Brett Kavanaugh, nominado por el presidente Donald Trump a la Corte Suprema, pero cuestionado por la acusación de agresión sexual hecha por la profesora Christine Blasey Ford.
El magistrado de 53 años se juega su carrera en esta audiencia pública que será transmitida en directo a todo el mundo.
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Es mucho lo que está en juego para los partidos y para el país. Los republicanos quieren confirmar a Kavanaugh antes de las elecciones de noviembre, cuando los demócratas podrían obtener el control del Senado y el nombramiento de otro postulante sería aún más difícil. El ascenso de Kavanaugh a la corte significaría una mayoría derechista para muchos años.
Sin embargo, los republicanos corren el riesgo de ser rechazados por los votantes en noviembre si no muestran pleno respeto por las mujeres y sus denuncias.
Kavanaugh y Ford serán los únicos testigos ante la Comisión de Asuntos Judiciales (integrada por 11 republicanos, todos hombres, y 10 demócratas) en una audiencia que podría determinar si se puede salvar su postulación y consagrar una mayoría de derecha en el máximo tribunal del país.
Los republicanos han calificado las denuncias de Ford de calumniosas y de formar parte de una conjura demócrata para hundir la postulación de Kavanaugh, pero al surgir denuncias de otras dos mujeres, algunos senadores republicanos han reconocido que mucho dependerá de lo que diga el postulado. El mismo Trump, quien defiende tenazmente a su postulado, dijo el miércoles que estaba “dispuesto a cambiar de opinión” si las palabras de la supuesta víctima lo convencían.
Kavanaugh ha rechazado todas las denuncias.