El papa Francisco instó el miércoles a los católicos chinos a superar las divisiones del pasado y abrir una nueva fase de fe después de un acuerdo histórico sobre nominaciones de obispos cuyo objetivo es poner fin al prolongado distanciamiento entre el Vaticano y Beijing que dividió a la iglesia.
Francisco dijo que escribió una carta a los fieles chinos con el objetivo de alentarlos a “sanar las heridas del pasado y restablecer y mantener la plena comunión”. Se espera que la misiva se dé a conocer en las próximas horas.
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El sábado se firmó un acuerdo que rige el nombramiento de obispos en China. El pacto regulariza el estatus de siete obispos designados por Beijing durante años sin consentimiento papal y establece un proceso de diálogo para nombrar a otros en el futuro. Francisco dijo que en última instancia será él quien nombre a los purpurados, no Beijing.
El acuerdo apunta a un aspecto crucial de la gobernanza de la Iglesia en China, pero no a los aspectos pastorales de unificar las comunidades divididas, lo que probablemente será el tema del mensaje papal del miércoles.
Los 12 millones de católicos chinos están divididos entre los que pertenecen a la Asociación Patriótica Católica China, respaldada por el gobierno y que está por fuera de la autoridad del papa, y una iglesia clandestina leal al pontífice. Los sacerdotes y fieles de la iglesia clandestina sufren acoso y arrestos frecuentes.
Francisco y su predecesor Benedicto XVI habían intentado unir las dos comunidades. Benedicto envió una carta a los fieles chinos en 2007. Años de negociaciones culminaron en el acuerdo del sábado.
En su audiencia general semanal el miércoles, Francisco dijo que el acuerdo apuntaba a “favorecer una cooperación más positiva entre la Santa Sede y las autoridades chinas por el bien de la comunidad católica y la armonía de toda la sociedad”.
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Dijo que su mensaje era de “aliento fraternal”.
“Con él, espero que se pueda iniciar una nueva fase en China que ayude a sanar las heridas del pasado, restablecer y mantener la plena comunión de todos los católicos chinos” y renovar el compromiso de propagar la fe.
Pidió a todos los católicos que acompañen a los fieles chinos con oraciones y amistad “para que no se sientan solos”.
“Toda la iglesia ora con ellos y para ellos”, dijo.