Se cumple un año del golpe del huracán María y son miles los puertorriqueños que aún no han recibido asistencia para reconstruir los techos de sus hogares, quedando su sueño y sus pertenencias bajo el resguardo de los endebles toldos azules que repartió la Agencia Federal Para el Manejo de Emergencias (FEMA) y las muchas organizaciones que llegaron después del temporal.
En un sondeo que realizó Metro a 53 alcaldes que contestaron nuestra petición de información, constatamos que más de 25,000 residencias —aproximadamente— están techadas con tejados azules. De acuerdo con datos provistos por FEMA, la dependencia instaló unos 52,000 toldos en la isla y repartió otros 170,000 para que los mismos ciudadanos dispusieran de ellos.
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Hay familias puertorriqueñas que resolvieron esta situación gracias al programa Tu Hogar Renace, que, de acuerdo con el secretario del Departamento de la Vivienda, Fernando Gil Enseñat, instaló alrededor de 15,000 techos de zinc o metal. Sin embargo, quienes no pudieron beneficiarse de los fondos del programa, que terminó de recibir solicitudes en junio, tendrán que esperar un largo trecho hasta que los fondos federales para el desarrollo comunitario (CDBG DR) aprobados por el Congreso lleguen a la isla.
Mapa generado con sondeo a los alcaldes. / MetroPR
Gil Enseñat indicó que “espero en Cristo” que esta semana el Gobierno federal y el estatal firmen un acuerdo para la entrega de unos $1.5 mil millones de dichos fondos CDBG DR, cuya agencia responsable es el Departamento de la Vivienda y Desarrollo Urbano federal (HUD, en inglés). La partida, de la cual Puerto Rico no ha recibido ni un centavo, fue anunciada en febrero por la comisionada residente, Jennifer González, el gobernador Ricardo Rosselló y la subsecretaria del HUD, Pamela Hughes Patenaude. Por su parte, el gobernador Rosselló ha dicho que espera que, en los próximos días, se firme el acuerdo para el desembolso de los fondos. De hecho, hoy llega a la isla el secretario del HUD, Ben Carson, como parte de las actividades del aniversario del temporal.
No obstante, aunque este proceso esté completo, Gil Enseñat advirtió que los residentes de la isla no recibirán ayuda con rapidez. Y es que, al igual que todos los programas de FEMA y otras instrumentalidades encargadas de ofrecer ayuda posterior al temporal, los afectados deberán pasar por un proceso de “elegibilidad”.
“No significa que mañana voy a ir a Cabo Rojo o a Barceloneta y voy a resolver todos los problemas. Viene, entonces, un proceso de elegibilidad. Entiéndase, las personas que sufrieron daños tienen que solicitar para cualificar, para ver hasta dónde son elegibles. Estos son los requisitos que se esbozaron y que el HUD aprobó para poder hacer el desembolso”, explicó Gil Enseñat en entrevista con Metro.
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“Ya ellos [el HUD] aprobaron el plan y ahora están en el proceso de evaluar nuestros controles internos. Todo eso se dio la semana pasada. Espero en Cristo, amado Jesús, que, en esta semana, si Dios permite, en algún momento, podamos firmar el grant agreement”, agregó.
Por tanto, no hay una fecha determinada, señaló el también abogado, para que el dinero de asistencia federal llegue a las manos de la gente sin techo. “Determinar en cuántos meses, no te puedo decir, si te digo, o el que te diga, te está mintiendo”, exclamó.
Bajo toldos por la “burocracia” federal
Sin dudar, Gil Enseñat estableció que la burocracia federal en la entrega de los fondos congresionales ha sido el traspiés para que miles de familias afectadas aún no pasen a la fase de recuperación. De hecho, el secretario consignó que, además de imponer varios requisitos para el dinero, el Gobierno de la capital estadounidense dejó la crisis de los toldos en las manos de las autoridades locales, cuyas arcas están mermadas desde antes del temporal, por la quiebra y la falta de acceso a los mercados de capital.
“FEMA denegó el programa de vivienda permanente basado en que nosotros teníamos dinero de CDBG DR. Hasta que yo no tenga ese dinero, yo no voy a poder atender muchas de las personas que están viviendo bajo toldos azules”, aseveró. Mientras, agregó: “El proceso del Gobierno federal es burocrático a su máxima expresión, en todos los sentidos, siempre. Pero ahora es la única fuente que tenemos para recurrir, porque a los mercados no podemos ir, obviamente”.
Para obtener la primera asignación del HUD, el Gobierno tuvo 90 días para identificar las áreas de necesidad y le fue impuesto el requisito de realizar vistas públicas con alcaldes, comunidades y organizaciones sin fines de lucro.
Los fondos que recibiría el territorio, por ser parte de los CDBG DR, son no restrictos y permiten a las autoridades locales detallar las prioridades para su uso. De los $1.5 mil millones, el secretario aseguró que cerca de mil millones serán usados en el renglón de la vivienda. Durante las vistas públicas, los mandatarios municipales solicitaron dinero para reconstrucción de casas, así como para reubicar las que se encuentren en zonas inundables o el área marítimo terrestre.
FEMA, por su parte, alegó ante las expresiones de Vivienda que el esfuerzo es conjunto, no precisamente entre ellos y el Gobierno de la isla, pero sí con el HUD. “Esto es un esfuerzo entre HUD y el Gobierno”, contestó en un escueto comunicado vía correo electrónico a este medio. Sin dar más detalles, también estipuló que “se están definiendo una estrategia y un proceso para tomar ventaja de miles de hogares en ejecución hipotecaria”.
La dependencia federal resaltó en su correo electrónico a Metro los millones de dólares que ha repartido en Puerto Rico para “reparaciones de emergencia”, cifra que asciende a $1.6 mil millones.
Dificultades para recibir la primera ayuda
En ocasiones, de acuerdo con Gil Enseñat, el programa Tu Hogar Renace no podía instalar techos provisionales a los afectados porque la casa era considerada “destruida”. La ayuda de esta iniciativa —subvencionada con partidas federales— estuvo dirigida a pagar por reparaciones menores, que convirtieran el hogar en uno habitable.
Otra de las mayores dificultades para que los ciudadanos no cualificaran a las ayudas de Tu Hogar Renace, según el alcalde de Arecibo, Carlos Molina, fue la falta de títulos de propiedad.
“Hay cientos de personas que no tenían títulos de propiedad. Con los fondos CDBG DR hay alternativa para poder ayudar a esas personas, pero va a haber que invertir no tan solo en arreglar la casa, sino en ayudarle a poner los papeles al día”, destacó.
De acuerdo con el también presidente de la Federación de Alcaldes, como alcalde arecibeño sometió propuestas para recibir tajadas del dinero asignadas por el Congreso, con el propósito de ayudar a poner techos en cemento y para relocalizar viviendas que están en la orilla del mar o que se están socavando.
Culpa la falta de transparencia y corrupción
Por su parte, el presidente de la Asociación de Alcaldes, Rolando Ortiz, opinó que la tardanza en el desembolso de los fondos federales, que redunda en problemas de asistencia para los sobrevivientes del temporal, se debe a la falta de transparencia y a la imagen de “corrupción” que transmite la actual administración de Ricardo Rosselló.
“La principal tarea que tiene el Gobierno Central es tratar de mejorar la imagen de ser el Gobierno más corrupto de la nación americana”, soltó.
El alcalde de Cayey declaró que, desde la firma del contrato con la escandalosa empresa de Montana, WhiteFish Energy, que solo tenía dos empleados, y se supone reparara el devastado sistema eléctrico boricua, los miembros, tanto del Congreso como de Casa Blanca, desconfían de Puerto Rico y su buen uso del dinero público.
En días recientes, el presidente Donald Trump, mientras se jactaba de la labor de su administración durante la respuesta a la emergencia que creó María, declaró en Twitter que la isla tiene uno de los “Gobiernos más corruptos” de la nación.
“Definitivamente, es una imagen de falta de transparencia, y el Gobierno [local] ha hecho muy poco. Llegó la hora de que el presidente de la nación ha validado la falta de transparencia y no por una mera opinión”, concluyó.