La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) aún no sabe qué hará con las 20,833 paletas de agua –valoradas en más de $22 millones– que están bajo el sol y el sereno en medio del aeropuerto José Aponte de la Torre en Ceiba, ahora que el Gobierno de la isla decidió devolverlas por dudar sobre su salubridad.
Justo Hernández, coordinador federal alterno de FEMA, dijo en una conferencia de prensa telefónica que dependencia analiza cuál será el futuro del líquido, a tenor con las reglamentaciones y leyes federales.
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Metro supo que la entidad federal podría decomisar parte del cargamento, por recomendación de la Administración Federal de Servicios Generales (US GSA). No obstante, Hernández no fue categórico con la prensa sobre este asunto.
“Nosotros tenemos procesos administrativos y tenemos que seguir los procesos federales para disponer de nuestro exceso. Si el agua no se puede vender, nosotros tenemos otros medios y esos medios son los medios que estamos discutiendo ahora mismo con nuestro US GSA y con nuestra agencia federal”, soltó Hernández ante preguntas de Metro.
Según Héctor Pesquera, secretario de Seguridad Pública, y quien también participó del aparte con la prensa, luego de que las botellas de agua se repartieron a partir de mayo 30, hubo quejas sobre su sabor y olor.
Por otra parte, después de dos días de especulaciones y distintas versiones sobre lo sucedido, Hernández reconoció que FEMA dejó el agua en medio de la pista de Ceiba desde enero de este año. Sin embargo, explicó que desde allí salió todo el suministro que la agencia repartió durante la emergencia provocada por el huracán María, así que la entrada y salida del material fue itinerante.
“Nosotros tenemos una operación de agua en Ceiba. Hay agua en ceiba desde septiembre y porque ahí llegan la mayor parte de los aviones”, soltó el funcionario. “Ese cargamento que tu ves ahí, no es el cargamento que estaba en febrero. Nosotros pusimos paletas en febrero y por ahí seguimos poniendo paletas y sacando paletas del mismo área. Poníamos paletas en el área y seguimos dando agua de ese suministro. Yo no te puedo decir a ti que esa agua estuvo todo el tiempo ahí, porque nosotros estuvimos hasta un año dando agua. Hasta mayo fue la última operación que tuvimos de agua”, agregó.
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Por esta misma razón fue que, según Hernández, no estuvo el cargamento disponible para traspaso hasta el mes de abril, cuando fue solicitado por la Administración de Servicios Generales local (ASG).
“Mientras estamos identificando el exceso, nosotros todavía estamos sacando agua de ahí, estamos reciclando el agua y moviendo el agua dentro de ese sistema”, soltó.
Sobre el excedente, Hernández indicó que fue declarado luego de un análisis.
“En enero, de acuerdo a la cantidad de agua que teníamos en los almacenes, de acuerdo a la cantidad de agua que teníamos en toda la zona y los puntos de distribución, de acuerdo a los pedido de agua de los alcaldes y de acuerdo al estatus de los comercios en Puerto Rico, establecimos que no había necesidad”, aseveró.
Pesquera, por su parte, afirmó que la administración local continúa una pesquisa para conocer por qué ASG no rechazó el agua una vez se dio cuenta que estaba bajo el sol. Además, indagará las razones por las que fue solicitado un cargamento para el que no tenían almacén.