WASHINGTON (AP) — Como parte de la búsqueda de respuestas a los misteriosos “ataques a la salud” de diplomáticos de Estados Unidos que comenzaron hace dos años en La Habana, funcionarios estadounidenses y cubanos se reunieron el jueves para tratar de determinar el método y el móvil de los incidentes.
Las conversaciones en el Departamento de Estado se llevaron a cabo mientras agencias de seguridad nacional y congresistas expresan su frustración por la falta de respuestas en torno a lo que Estados Unidos dice fueron ataques deliberados contra una veintena de empleados de la embajada estadounidense en la capital cubana.
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En reportes recientes se ha insinuado que los investigadores han reducido las posibilidades en sus sospechas acerca de la causa y el culpable, aunque Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado, dijo que no se ha llegado a ninguna conclusión.
“Aún no conocemos la causa, aún no sabemos qué o quién es el responsable de los ataques a la salud que afectaron a nuestro personal en Cuba”, les dijo a los periodistas.
Los funcionarios cubanos programaron una conferencia de prensa para el jueves por la noche con el fin de informar sobre los avances.
Previamente, la cancillería de Cuba dijo que nueve integrantes del equipo científico que conjuntó para que examine los incidentes se reunieron con legisladores estadounidenses y la Academia Nacional de Ciencias antes de las conversaciones.
La embajada de Cuba en Washington dijo que el equipo propone “un análisis imparcial de los informes de salud de los diplomáticos de Estados Unidos en Cuba de acuerdo con las reglas de la ciencia”.
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Nauert no se refirió a los comentarios cubanos, y dijo que la reunión “involucra información médica privada que proviene de algunos de nuestros empleados”.
En otras ocasiones, ella y otros funcionarios han minimizado o rechazado los reportes de que los investigadores se han enfocado en un dispositivo de microondas como la fuente de los ataques y que Rusia es el principal sospechoso.
Esos reportes han desatado protestas de Cuba, que no disputa los síntomas pero insiste en que no hay evidencia que respalde la afirmación de que fueron causados por ataques premeditados en su suelo. En repetidas ocasiones, La Habana ha denunciado las acusaciones de Washington como políticamente motivadas y no comprobadas.
Veinticinco empleados de la embajada estadounidense en Cuba, y uno en el consulado en Guangzhou, China, han sido afectados por problemas de salud que comenzaron a fines de 2016. Los síntomas incluyen lesiones cerebrales moderadas, también conocidas como conmociones cerebrales.
El caso más reciente en La Habana fue confirmado en junio. Estados Unidos dijo que dos empleados de la embajada fueron afectados en un solo incidente a finales de mayo en una residencia diplomática. Fueron los primeros casos confirmados en la capital cubana desde agosto de 2017.
Un funcionario estadounidense que habló a condición de guardar el anonimato dijo que Cuba organizó la reunión del jueves tras quejarse de que Washington no ha revelado detalles importantes sobre el estado de salud de los afectados.
En testimonio ante el Congreso la semana pasada, funcionarios médicos del Departamento de Estado dijeron que habían compartido más información con China sobre el incidente en Guangzhou de la que han compartido con los cubanos sobre lo sucedido en La Habana.
En dos reuniones informativas secretas con asesores del Congreso y con legisladores realizadas la semana pasada, los funcionarios repitieron que no habían llegado a ninguna conclusión sobre qué causó las lesiones o quién podría ser responsable de ellas, según funcionarios al tanto de las reuniones.
Las conjeturas iniciales se centraron en algún tipo de ataque sónico, debido a los sonidos extraños que escucharon los afectados. Sin embargo, un informe provisional del FBI en enero no encontró evidencia de que las ondas sonoras pudieran haber causado el daño.