RALEIGH, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — El huracán Florence amenazaba el martes con azotar la costa este de Estados Unidos como una tormenta de tamaño “impactante” y obligó a millones de personas a desalojar la costa. Muchos más se preguntaron en dónde estarían a salvo si los siguientes días de lluvias torrenciales provocan inundaciones o aludes desde las montañas hasta las costas.
“Éste realmente me asusta”, advirtió el director del Centro Nacional de Huracanes, Ken Graham.
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Florence es tan grande que el aumento del nivel del mar debido a la tormenta se extendió 480 kilómetros (300 millas) desde su vórtice y arremolinaba nubes que podrían causar inundaciones en estados que van desde Carolina del Sur hasta Ohio y Pensilvania, conforme baja la velocidad y queda detenido sobre tierra.
“Habrá lluvias fuertes, un oleaje catastrófico provocado por la tormenta que pone en riesgo vidas y también los vientos”, dijo Graham.
Hubo poco cambio de la trayectoria de Florence en el pronóstico de las 11 de la mañana del Centro Nacional de Huracanes. Los vientos máximos sostenidos eran de 215 kilómetros por hora (130 millas por hora) la mañana del martes, pero seguía siendo un huracán de categoría 4 y se espera que se intensifique a categoría 5 mientras baja su velocidad de traslación sobre las cálidas aguas costeras.
Al mediodía, el meteoro estaba a 650 kilómetros (400 millas) al sur de las Bermudas y se movía a 26 km/h (16 mph).
Se pronostica que el ojo de la masiva tormenta toque tierra la tarde del jueves o mañana del viernes a lo largo de una franja costera ya afectada por la crecida del mar y que permanezca durante días. Se espera que los siete días de lluvias pronosticados dejen entre 25 y 50 centímetros (10 y 20 pulgadas) de lluvia sobre gran parte de Carolina del Norte y Virginia, e incluso 75 centímetros (30 pulgadas) en algunas partes.
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Junto con las olas altas, la crecida del mar causada por la tormenta podría alcanzar los 3,5 metros (12 pies).
Se declaró estado de emergencia en Washington, D.C., dijo la alcaldesa para la capital de la nación, Muriel Bowser. El presidente Donald Trump aprobó un estado de emergencia para las Carolinas. Trump dijo que el gobierno federal está “absoluta y totalmente preparado”.
Florence podría golpear a las Carolinas con más fuerza que cualquier otro huracán desde que Hazel llegó con vientos de 209 km/h (130 mph) en 1954. Esa tormenta categoría 4 destruyó 15.000 inmuebles y dejó a 19 personas muertas en Carolina del Norte. En las seis décadas que han pasado desde entonces, miles de personas se han mudado a la costa.
Para muchas personas, el reto podría ser encontrar un refugio seguro: si Florence baja demasiado la velocidad, podría ocasionar lluvias torrenciales en las montañas Apalaches y causar inundaciones repentinas y deslaves en una región que últimamente ha tenido muchas lluvias.
La trayectoria pronosticada de Florence incluye media decena de plantas de electricidad, canteras con ceniza de carbón y otro desperdicio industrial y varias granjas porcinas que almacenan desperdicio animal en enormes lagunas al aire libre. El vocero de Energía Duke dijo que los operadores podrían cerrar las plantas nucleares al menos dos horas antes de que lleguen los vientos con fuerza de huracán.
Los mares cálidos inyectan fuerza a los huracanes y Florence se mueve sobre una zona con temperaturas que se aproximan a los 30 grados centígrados (85 Fahrenheit), escribió el especialista en huracanes Eric Blake. Los vientos con fuerza de huracán se han extendido 64 kilómetros (40 millas) del ojo del huracán y los vientos con fuerza tropical a 240 kilómetros (150 millas) del centro.