El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, señaló que “la iglesia vive una persecución injustificada”, en reacción al embargo de las cuentas de la Iglesia que ordenó el Tribunal para el pago $4.7 millones de las pensiones de los maestros retirados que se habían quedado sin cobrar.
“El daño que le quieren hacer a este servidor se lo están haciendo a los hermanos y hermanas que les dan vida a las familias”, dijo el prelado en un mensaje televisado (Teleoro y Radio Paz).
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Tras la determinación judicial, la Iglesia anunció que 75 empleados de la arquidiócesis no cobrarán a partir de hoy, cuando se supone recibieran un pago, mientras otros 26 sacerdotes también están afectados, así como empleados de parroquias, cuyas cuentas fueron embargadas. Por ejemplo, el monseñor mencionó que se congelaron las cuentas de la Parroquia San Andrés, que atiende comunidades de escasos recursos, y la Parroquia San Mateo, que atiende a la comunidad haitiana.
“El total expropiado ronda en un millón de dólares y estaban estos fondos comprometidos”, expresó González Nieves al señalar que el dinero estaba destinado al pago de nómina, utilidades y a la caridad.
“Es un dinero que provenía de la caridad de los fieles para con la arquidiócesis”, detalló el religioso.
A los empleados se les informó que, como no se les podía seguir pagando, estaban libres de gestionar un nuevo empleo. No obstante, algunos profesionales indicaron que acudirían hoy a trabajar de manera voluntaria. “Los empleados nuestros son pobres, mujeres y madres de familia, no solo perdieron su pensión, sino su sueldo. El tribunal les desposeyó de su derecho a la alimentación digna”, explicó el arzobispo.
Teme, además, que muchos colegios “van a tener que cerrar sus operaciones y cesantear a sus empleados porque no tienen dinero para operar”.
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Aseguró que la arquidiócesis está en u-na condición “precaria”, que vive mes tras mes para sostenerse.
Por otro lado, hizo un llamamiento a los feligreses a que rezaran por el asunto.