Pese a que el Tribunal Supremo dio el visto bueno al cierre de, aproximadamente, 265 planteles, diversos grupos de padres y algunos maestros han afirmado que continuarán los reclamos para que mantengan abiertas las escuelas.
Tal es el caso de la escuela Luis Muñoz Rivera en el barrio Mameyal en Dorado, donde los padres mantienen hace semanas un campamento frente al plantel debido a que poco después de finalizar las clases fue que conocieron que la escuela cerraría, la cual no había estado en lista de cierre. “Keleher Summer Camp” es el letrero más grande con el cual se topan las personas una vez pasan por la estructura en Dorado.
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“Ver a los niños sufrir por sus escuelas… No es fácil lo que el Departamento está haciendo. Si acudimos a la justicia y no encontramos justicia, que nos responda a los que menos ventaja tienen, a los que tienen necesidades y no tienen recursos, ¿quién va a velar por nosotros?”, dijo Priscilla Hernández, quien forma parte del personal de esa escuela. Los padres exigieron que se revoque el cierre y se devuelva la matrícula a la escuela.
Mientras, la presidenta de la Federación de Maestros, Mercedes Martínez, dijo a Wapa: “Si tenemos que llevar caso por caso, así lo haremos; los daños están y la evidencia la tenemos. Tenemos casos concretos de niños que no están siendo aceptados en las escuelas receptoras porque no hay cupo. Tenemos salones en hacinamiento, tenemos maestros de escuelas cerradas que no saben qué clase van a dar y hacia qué escuela van”.
Por otro lado, los cambios en las escuelas han sido catalogados por la Unión Nacional de Educadores y Trabajadores de la Educación (UNETE) como parte de una “creciente desorganización” en el Departamento. Esto como reacción a la reapertura de la escuela Ángel Ramos en San Juan, la cual fue cerrada recientemente.