Un inspector privado dijo el sábado haber advertido a la compañía que opera embarcaciones turísticas en el lago Missouri sobre problemas de diseño que ponían a una de esas naves anfibias en gran peligro de hundirse, menos de un año antes del accidente en que 17 personas perdieron la vida durante una súbita tormenta.
Steve Paul, propietario del servicio de inspección Test Drive Technologies en San Luis, indicó haber entregado un informe escrito a la compañía en agosto de 2017. En el documento Paul explicaba por qué los motores de la embarcación y las bombas que eliminan el agua de sus cascos podrían fallar en caso de mal tiempo.
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También dijo a The Associated Press que los toldos de esas embarcaciones dificultan a los paseantes escapar en caso de un naufragio, una preocupación planteada por autoridades del sector después de un incidente similar que dejó 13 muertos en Arkansas en 1999.
El accidente del jueves en la noche en el lago Table Rock, afuera de la localidad turística de Branson, también ha suscitado interrogantes como si las advertencias de tormenta en la zona no fueron atendidas y si alguna agencia puede impedir el uso de las embarcaciones antes de la llegada de mal tiempo.
El bote transportaba a 29 pasajeros y dos tripulantes en un recorrido de placer, y para el viernes a mediodía ya habían sido hallados todos los que iban a bordo. Siete de los 14 sobrevivientes sufrieron lesiones cuando el bote se hundió, y al menos dos de ellos estaban hospitalizados en condición crítica. El capitán sobrevivió, informaron las autoridades.
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La estación meteorológica en Springfield, a unos 64 kilómetros (40 millas) al norte de Branson, emitió una advertencia de tormenta severa para la región circundante el jueves, en la que afirmó que había condiciones propicias para que se desataran vientos de 112 kilómetros por hora (70 millas por hora). Posteriormente, a las 6:32 de la tarde, emitió otra advertencia de que se avecinaba una tormenta muy intensa para tres condados, la cual incluía a Branson y al lago, y mencionaba ambos sitios. El bote se hundió unos 40 minutos más tarde, poco después de las 7:00.
“Si se tiene la información de que puede haber aguas bravas o que viene una tormenta, ¿por qué permitir que una embarcación vaya al agua?”, cuestionó Paul.
Un video tomado por un testigo antes que la embarcación turística anfibia naufragara deja entrever que sus ventanas de plástico flexibles quizá estaban cerradas y podrían haber dejado atrapados a los pasajeros cuando se hundió. No se ven pasajeros que abandonen la embarcación.
“El mayor problema de las embarcaciones anfibias cuando se hunden es el toldo”, declaró Paul. “Esa cubierta se convierte en lo que yo llamaría una trampa para las personas, y las personas no pueden salir de ella”.