Una menor de 8 años vendía tranquilamente vasos de agua en las afueras del edificio donde vive en la ciudad estadounidense de San Francisco, hasta que la calma finalizó gracias a una mujer que se le acercó con cara de malas pulgas.
Alison Ettel fue donde la pequeña y le exigió que le mostrara su permiso para realizar tal actividad, algo bastante extraño considerando la tradición que existe en dicho país de niños vendiendo limonadas.
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Obviamente, la menor no tenía algún papel que dijera que tenía autorización de algún organismo o de las autoridades, por lo que la mujer le dijo que si no paraba con la venta la denunciaría a la policía.
Sin embargo, nunca se dio cuenta que la madre de la niña estaba grabando todo, tras lo cual se acercó a encararla. Le dijo que dejara en paz a su hija y que esta no hacía nada malo ya que estaba en propiedad familiar ya que vivía allí.
Mientras que la denunciante afirmaba que todo era ilegal y que daría aviso a la policía. Pero, como estaba siendo grabada, optó por desaparecer.
“Una niña de ocho años vendiendo agua frente al edificio de su apartamento donde ha vivido toda su vida no es motivo para llamar a la Policía”, alegó la madre de la menor al dar a conocer el registro en redes sociales, el cual se viralizó rápidamente y en donde recibió el apoyo de los usuarios, quienes tildaron de “racista” a la otra mujer.
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Tras la polémica, finalmente Alison decidió hablar con el Huffington Post, afirmando que se siente “horrible y conmocionada”, descartando de paso que sea “racista” y que solamente emitió su reclamo porque la madre de la niña no dejaba de gritar para promocionar el agua.
“No tengo problemas con las mujeres jóvenes emprendedoras. Quiero apoyar a esa niña. El problema era la madre y que no se callaba”, señaló la denunciante.
El problema es que nadie le creyó demasiado en las redes sociales, por lo cual el registro grabado por la progenitora de la niña siguió viralizándose durante el fin de semana.
