Crear una cultura de ahorro será imperativo para los pensionados del país ante la incertidumbre económica que se avecina, opinó José Acarón, presidente de la Asociación Americana de Personas Jubiladas (AARP, por sus siglas en inglés).
Gran parte de nuestra población, cerca de un 50 %, está bajo el nivel de pobreza, y esto incluye a parte de la comunidad de mayor edad, continúo. La situación, de acuerdo con Acarón, empeorará por diversos factores.
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“Pasó un huracán, aumentaron todos los costos, como energía. Hubo que hacer arreglos a hogares. Aumentó el costo de la gasolina. Hay posibles recortes a las pensiones”, soltó.
Ante la situación, el presidente de la organización recomendó a las personas de mayor edad “mirar más allá de nuestros presupuestos” y buscar maneras creativas para aumentar los ingresos. Al tiempo, indicó que deben analizar un plan económico que detalle cuánto generan y cuánto egresan para controlar mensualmente sus gastos.
Por otra parte, pidió al Gobierno empatía y sensibilidad al trabajar políticas relacionadas con esta población. Agregó que podría convertirse en un problema para diversos aspectos sociales, porque las personas de mayor edad son parte de una cadena.
“Una persona que necesita un ama de llaves y no puede pagar, por ejemplo, ahí puede empeorar toda la situación de la salud en la isla”, acotó el presidente de AARP.
“Hace falta sensibilidad y voluntad. Yo aplaudo la posición del gobernador y la Legislatura de mantenerse firme dándole de frente a la Junta [de Control Fiscal] por las pensiones. Esa es una prioridad. Eso es la vida de esta gente. Si eso se recorta, tiene un efecto cascada a través de toda la familia, porque si tu mamá tiene necesidad, tú la vas a apoyar con lo que tú recibes. No la vas a dejar que muera. No puedes ver a la población mayor aislada.
Otro asunto que para Acarón debe tener prioridad para el Gobierno en este momento es la migración que ocurre en la isla y que podría afectar fuertemente las finanzas y la vida diaria de las personas mayores. Y es que, al ser una población joven la que en su mayoría deja Puerto Rico, esta comunidad ha quedado sin su red de apoyo. Si el ciudadano mayor con alguna enfermedad o diversidad funcional no tiene la ayuda que pudiese requerir, el Estado tendrá que crear los mecanismos para asegurar su bienestar.