LIEJA, Bélgica (AP) — Un hombre apuñaló a dos agentes de la policía el martes en la ciudad belga de Lieja, tomó sus armas y las mató a tiros a ellas y a un transeúnte para después caer abatido por un grupo de policías. El incidente desencadenó una investigación terrorista sobre el incidente más violento en el país desde los ataques suicidas de 2016.
El agresor era un presidiario que contaba con un permiso para salir de la cárcel por 48 horas.
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El primer ministro Charles Michel reconoció que el agresor, quien tenía un largo historial criminal que incluía delitos como robos, asaltos y relacionados con drogas, había aparecido en tres informes sobre radicalismo pero que aun así tenía permitido salir por un breve periodo de la prisión.
“¿Funciona nuestro sistema cuando vemos que esta clase de personas salen libres?”, cuestionó el viceprimer ministro Alexander De Croo, reflejando los pensamientos de muchas personas en una nación donde policías armados y los soldados todavía realizan patrullajes en las calles luego de los ataques de marzo de 2016 que dejaron 32 personas muertas en el aeropuerto y el metro de Bruselas.
El ataque del martes ocurrió afuera de una cafetería en la ciudad de Lieja, ubicada en el este del país. El agresor se acercó a las dos agentes por la espalda y las apuñaló varias veces.
“Tomó sus armas y las usó contra las agentes, quienes murieron”, indicó Philippe Dulieu, portavoz de la fiscalía de Lieja, a los medios de comunicación.
Dulieu dijo que posteriormente el agresor mató a tiros un profesor de 22 años que estaba saliendo de un estacionamiento cerca de una escuela secundaria. Luego tomó a dos mujeres como rehenes dentro de la escuela para luego confrontar a la policía agrupada afuera de la institución.
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“Salió disparando contra la policía, hiriendo a varios de ellos en las piernas. Fue abatido a tiros”, señaló el portavoz, quien agregó que las rehenes escaparon ilesas.
El ministro de Justicia Koen Geens describió al agresor como un delincuente recurrente que había estado encarcelado desde 2003 y cuya liberación estaba prevista dentro de dos años.
“El objetivo del agresor era atacar a la policía”, indicó Christian Beaupere, jefe de la policía.
Beaupere informó que las agentes eran Lucile Garcia, de 45 años, y Soraya Belkacemi, de 53 años. Agregó que Belkacemi era la madre de unas gemelas de 13 años, quienes anteriormente perdieron a su padre, también un agente de la policía. Otros cuatro elementos resultaron heridos en el ataque, uno de gravedad con una arteria femoral perforada.
Los medios de comunicación de Bélgica identificaron al sospechoso como Benjamin Herman, un belga nacido en 1982. Las autoridades mantuvieron su procedimiento estándar y se negaron a confirmar su identidad.