LIMA (AP) — Bajo el triste cielo gris de Lima, un centenar de payasos con maquillaje y ropa de colores salieron el viernes a marchar con cornetas y silbatos cerca del Parlamento y una antigua cárcel capitalina celebrando su día, que no tiene reconocimiento oficial en Perú.
Hombres y mujeres con caras pintadas y sus zapatones pesados avanzaban por las calles llenas de comerciantes malhumorados, autos y buses repletos. El inusual espectáculo provocó que algunos transeúntes se detuvieran un instante para mirarlos mientras que los payasos sonreían, levantaban las manos y saludaban.
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Miguel Tovar, un payaso que se hace llamar “Rasputín”, dijo a un camarógrafo de The Associated Press: “es muy bonito transmitir alegría a la gente que la necesita. A veces ese estado de ánimo que uno necesita para estar muy bien es algo realmente importante”.
Cuando pasaron armando bulla cerca del Parlamento, ningún congresista se acercó a ellos y cuando quisieron avanzar hacia la plaza mayor donde está el palacio presidencial los payasos fueron frenados en seco por la policía antimotines. No perdieron el ánimo y se fueron por otra calle de menor importancia rumbo al local de su sindicato en esta vieja ciudad de 483 años.
Algunos estaban vestidos como jugadores de la selección de fútbol que retorna a un mundial después de 36 años y otros como el entrenador argentino de la “blanquirroja” Ricardo Gareca, quien según varias encuestas es el hombre más popular del país. También se veía a otros ataviados como los personajes de la famosa película Coco, de Disney Pixar.
Pese a que su día no está reconocido por el gobierno, los payasos lo celebran en esta fecha para honrar al legendario payaso local José Alvarez, “Tony Perejil”, que murió un 25 de mayo de 1987 y fue velado en su remendada carpa en un barrio pobre de Lima cuando Perú se hundía en medio de una crisis económica y una guerra interna entre las fuerzas de seguridad y Sendero Luminoso.
No se conoce la cifra exacta de payasos en el país, pero varios de ellos calculan que superan el medio millar.