Ron Howard
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Ron Howard tembló cuando le propusieron tomar la dirección de Han Solo: Una historia de Star Wars, luego que los dos directores originales, Phil Lord y Christopher Miller abandonaran la filmación por diferencias creativas con Lucasfilm.
En ese momento, el reconocido cineasta de cintas como Una mente brillante, El código Da Vinci o Rush, entre otras, decidió enfrentar el reto, pero en entrevista con Metro reveló que sintió un gran miedo por la carga histórica del personaje en la saga de Star Wars y sus millones de seguidores en el mundo. Han Solo: Una historia de Star Wars, se estrena el 25 de mayo.
Llegó el momento del estreno, ¿quedaron atrás los miedos?
— Siempre hubo miedo, antes y después de la filmación, y creo que ahora más, por eso del estreno, y sobre todo por las reacciones de los fieles seguidores. Como lo dije hace mucho, mi primer pensamiento al tomar las riendas de la cinta fue, “Ron, no la vayas a cagar”, perdón por la expresión, pero así fue. Tener la carga emocional de lo que representa el personaje de Han Solo entre los seguidores de Star Wars, y sobre todo mostrarles a alguien que no es Harrison Ford, es algo que pone a temblar a cualquiera [risas].
¿Qué te han dicho los fans?
— Las redes sociales se han convertido en el recuento, no de los daños, sino de los comentarios a favor y en contra. Me importan mucho las opiniones de los fans, ellos son lo más importante y mi idea no era decepcionarlos sino aportarles una nueva aventura que también se pueda convertir en un clásico.
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¿Qué ha dicho Harrison Ford del nuevo Han Solo?
— Harrison Ford es un hombre inteligente y lleno de humor. Le gusta burlarse del joven Han Solo (Alden Ehrenreich), pero sólo es broma. Él fue de las primeras personas que vio la cinta ya terminada, y su reacción fue voltear a verme y, con su peculiar gesto, sonreír. Le gustaron las escenas de las naves, el peso de la historia centrado en el Halcón Milenario y Chewbacca. Ahí fue cuando solté el primer suspiro, y así espero saltarlo este primer fin de semana de estreno [risas].
Eres un cineasta reconocido en la industria, ¿pero te llegaste a sentir novato en Solo?
— Mmmmm, buena pregunta. Pudiera decir que sí, porque fue tener un proyecto muy ajeno a lo que hago, con una marca importante en la historia del cine. En todos mis años como actor y director, me volví a sentir como un adolescente que enfrenta un proyecto del cual es gran fan y no quiere meter la pata [risas].
¿Cuál fue la gran diferencia al trabajar en Star Wars?
— Conocí a George Lucas en 1971 cuando trabajé en American Graffiti, y en ese tiempo ya nos comentaba de hacer Star Wars. Así que ya había una buena relación y confianza, a tal grado que mi primer propuesta fue hacer un western espacial, y eso le gustó.
“En todos mis años como actor y director, me volví a sentir como un adolescente que enfrenta un proyecto del cual es gran fan y no quiere meter la pata [risas]”.
¿A qué le pusiste más atención?
— Comencé a trabajar todo bajo instinto. La idea era llegar al corazón de cada uno de los personajes. Amo a Han Solo, y de alguna manera, fue el punto para aceptar el proyecto, ¿sabes? Me dijeron que podía hacer cualquier cosa que quisiera con eso, y eso fue irresistible. Le puse mucha atención a este personaje, que el actor tuviera esos gestos característicos del Han de Harrison Ford. Son esos detalles sobre cómo funcionan realmente las cosas: eso es lo que a los fabricantes de utilería y diseñadores de escenarios les encanta explorar. Sacan referencias de diferentes rincones de nuestra Tierra y encuentran formas de adaptarlos.