El Ministerio de Sanidad de la República Democrática del Congo reportó una nueva víctima mortal por ébola, elevando a 26 el número de fallecidos en el último brote del virus en la provincia de Equateur, en el noroeste del país.
Las autoridades sanitarias confirmaron cuatro nuevos casos de fiebre hemorrágica, elevando el total de la región a 46, incluyendo 21 confirmados, 21 probables y cuatro sospechosos.
PUBLICIDAD
El presidente del país, Joseph Kabila, presidió una reunión de urgencia el sábado para abordar el problema del ébola en la provincia de Equateur. En la reunión se decidió aumentar su contribución a la respuesta de emergencias, que ahora asciende a más de cuatro millones de dólares.
El gobierno respaldó la decisión de introducir atención sanitaria gratuita en las zonas afectadas y atender a todas víctimas y familiares.
Cerca de cuatro años después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) fuera acusada de no dar una respuesta adecuada al mayor brote de ébola en la historia, la agencia de las Naciones Unidas parece estar actuando con rapidez esta vez para contener el nuevo brote.
Algunos expertos consideran que esta es una prueba de fuego para la credibilidad de la organización.
“La diferencia entre la respuesta de la OMS en 2014 y ahora es casi como el día y la noche”, señaló Suerie Moon, del Instituto de Posgrado de Estudios Internacionales y de Desarrollo en Suiza, que formó parte de un panel independiente que evaluó el desempeño de la OMS en ese entonces.
PUBLICIDAD
Funcionarios de salud tratan de ubicar a más de 500 personas que han tenido contacto con quienes se teme están infectados, una tarea que se ha tornado más urgente esta semana ante las noticias de que el mortal virus se ha propagado a Mbandaka, una ciudad de más de un millón de habitantes.
En marzo de 2014, la OMS anunció la detección de ébola en la República de Guinea, en el occidente de África, a través de la publicación de una noticia de última hora de dos oraciones en su página de internet. Durante los siguientes meses, el número de víctimas aumentó, los casos rebasaron las fronteras y trabajadores de asistencia internacional fueron infectados.Pese a los exhortos para que la violenta epidemia fuera declarada una emergencia global, la OMS se negó. No fue sino hasta después de que 1,000 personas murieron que decidió reunir a su comité de expertos para considerar la posibilidad. Al final, más de 11,000 personas murieron en África occidental.