Datos de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) detallan que unas 101 instalaciones del país redujeron la emisión de sustancias ambientales dañinas durante 2016, en comparación con el año 2015.
Así lo especifica el Perfil de Emisiones Tóxicas de Puerto Rico, preparado por primera vez por el Instituto de Estadísticas de la isla, entidad que utilizó la información recopilada en el Inventario de Emisiones Tóxicas (TRI, en inglés) de la dependencia federal, que se publica desde 1987 en virtud de la Environmental Planning and Community Right to Know Act.
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El centenar de ubicaciones, pertenecientes a diferentes industrias, manejó unas 33,165,925 libras de sustancias tóxicas durante 2016, que representan 4,330,512 libras (13 %) menos que en 2015.
En específico, fueron cinco sectores industriales los que manejaron el 88 % de los desechos tóxicos utilizados en Puerto Rico durante el periodo en cuestión, de acuerdo con la publicación del Instituto de Estadísticas. El área que mayor cantidad de residuos usó fue la manufactura de fármacos y medicina, con un total de 38 %, seguido del sector de la manufactura de pesticidas, fertilizantes y otros productos agrícolas con un 34 %. Asimismo, el documento señala que, en tercer lugar, estuvo el sector de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, manejando un 6 % de tóxicos, y finalmente, los sectores de manufactura de equipos y suministros médicos, así como manufactura de bebidas, que lanzaron un 5 %, respectivamente.
Otro aspecto importante que presentó el perfil es que el 54 % de las sustancias empleadas en la isla durante 2016 fueron recicladas.
De otra parte, el Instituto de Estadísticas informó que, en términos longitudinales, desde 1987 hasta hoy, hubo una merma de un 87 % en las emisiones tóxicas de las instalaciones de las que EPA obtuvo información. Bajo la Environmental Planning and Community Right to Know Act, solo se requiere información de las empresas “con, al menos, 10 empleados a tiempo completo, que sean instalaciones federales, o clasificadas bajo alguno de los sectores industriales a los que el TRI les pide reportar; ser sectores manufactureros que manejen más de 25,000 libras de alguna de las sustancias sobre las que el TRI solicita datos; y, de pertenecer a un sector no manufacturero, debe sobrepasar las 10,000 libras [de emisiones]”.
Derecho de las comunidades y un asunto de mercado
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Según Yoel Velázquez Oliver, coautor del perfil, la información recopilada por la EPA es esencial para que las comunidades de Puerto Rico conozcan los riesgos ambientales a los que se enfrentan. Es por tal razón que el Instituto de Estadísticas decidió crear la publicación, que básicamente traduce lo datos del TRI de manera sencilla, para que así el ciudadano que desconozca sobre asuntos ambientales pueda identificar las emisiones tóxicas.
“Tratamos de ponerlos [los datos] en la esfera para que la gente los conozca. Que la comunidad sepa qué sustancias se manejan cerca de ellos. Muchas de ellas [las instalaciones] se ubicaban en lugares desventajados”, explicó.
“A pesar de que la misma ley federal aplica en Puerto Rico, más bien no se había usado tanto [el TRI] para efectos de política pública”, agregó.
Además de publicar el Perfil de Emisiones Tóxicas, para ayudar al desarrollo de política pública, el Instituto hizo disponible la serie histórica completa del TRI en su portal web. De la misma forma, en una aplicación de Internet (http://emisionestoxicaspr.org), publicó un mapa que permite a la población conocer las emisiones tóxicas que están cercanas a sus residencias.
Son 43 los municipios que resguardan las 101 instalaciones presentadas en el perfil del 2016. La mayor cantidad de sustancias dañinas son producidas en Guayama, Salinas y Manatí.
Mientras, Carl Soderberg, exdirector de la EPA en Puerto Rico y el Caribe, opinó que las industrias han reducido sus emisiones tóxicas por un asunto de mercado, “porque a ninguna empresa le gustaría aparecer como la número uno que más daño hace al ambiente”.