Cuando Zbynek Frolik necesitó nuevos empleados para manejar los pedidos en aumento en sus fábricas cavernosas en Bohemia central, repartió anuncios por toda la República Checa. Sin embargo, en una economía próspera donde casi todos tenían trabajo, hubo pocos interesados. Ni los mejores salarios, ni las ofertas de subsidio de vivienda fueron de ayuda. Así que recurrió a los robots. “No podemos encontrar suficientes humanos”, dijo Frolik, cuya empresa, Linet, hace camas de hospital de última generación que se venden en más de 100 países. “Estamos tratando de remplazar a la gente con máquinas donde podamos”. Ese tipo de frases generalmente invoca imágenes de un futuro en el que los empleados ya no son necesarios. En muchas grandes economías, las empresas están experimentando al remplazar a los trabajadores de las fábricas, los conductores de camiones e incluso a los abogados, con inteligencia artificial, lo cual plantea la posibilidad de una desaparición masiva de empleos. A menudo intentan crear nuevos tipos de empleos mientras los negocios en la República Checa, Hungría, Eslovaquia y Polonia procuran ser ágiles y competitivos. El crecimiento en estos países, que se volvieron centros de manufactura de bajo costo para Europa después de la caída del comunismo, ha sido en promedio de 5% en años recientes, impulsado por la recuperación global. A pocos les está yendo tan bien como a la República Checa, donde las plantas producen autos para empresas como Toyota y electrónicos de consumo para Dell, mientras que las compañías más pequeñas fabrican productos de especialidad que se venden en todo el mundo. Una economía en auge ha hecho que la tasa de desempleo sea de tan solo 2.4%, la cifra más baja de la Unión Europea. No obstante, la escasez de mano de obra ha limitado la capacidad de expansión de las empresas checas. Casi un tercio ha comenzado a rechazar pedidos, de acuerdo con la Confederación Checa de la Industria, un grupo comercial. “Se está volviendo un freno para el crecimiento”, dijo Jaroslav Hanak, el presidente de la organización. “Si los negocios no aumentan la robotización y la inteligencia artificial, desaparecerán”. Las fábricas del este de Europa ya están automatizadas. Ahora las instalaciones robóticas en la República Checa aumentaron 40% entre 2010 y 2015, de acuerdo con la Federación Internacional de Robótica. Actualmente, hay casi 101 robots por cada 10 mil trabajadores. Además, están llegando más máquinas conforme las empresas intentan mejorar su productividad, con lo que se acercan a los niveles de países como Alemania, que en promedio tiene 309 robots por cada 10 mil trabajadores, la cifra más alta en Europa. En Elko EP, que fabrica temporizadores industriales para empresas como General Electric, el 70% de la producción es automatizada, y la empresa tiene como propósito estar totalmente robotizada en algunos años. En una esquina blanca y elegante de la fábrica, los robots se han adueñado de las actividades rutinarias de manufactura. Jiri Konecny, el director ejecutivo de la compañía, les dio a los trabajadores de la planta tareas más complejas, y dirigió a cientos de empleados más a la investigación y el desarrollo. “Si no hubiéramos invertido en la automatización de manera temprana, estaríamos muertos en este momento”, comentó. DATO 40% aumentaron las instalaciones robóticas entre 2010 y 2015, de acuerdo con la Federación Internacional de Robótica.
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