Ser buenos padres y criar hijos felices, son dos de las muchas metas que los padres se plantean a lo largo de la vida. Ciertamente no hay un manual que explique cómo ser padre, pero si hay algo importante para lograr el éxito es hacer todo por los hijos con amor.
En los últimos años se ha promovido el término #disciplinapositiva definitivamente el problema no es aplicarla, sino cómo hacerlo.
La psicóloga Vanessa Muñoz de Colin explica en su Instagram @psico_kids que “muchos padres desean tener un modelo de interacción más sano con sus hijos pero no tienen las herramientas para llevarlo a cabo”…
La psicóloga presenta doce premisas para no gritarles a los niños:
Haz público tu compromiso, comparte con los demás tu determinación de no gritar. Los hijos sirven como reguladores, si te excedes, de seguro te lo dirán.
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Examínate y conócete, saber cuáles son las situaciones que más te estresan y te hacen salir de control te da el poder para manejarlas de forma conveniente, para delegar incluso.
Más allá del autoconocimiento está la acción y al ser espejo de los hijos debes empezar a proyectar las emociones de manera sana para que ellos lo hagan también.
Haz una lista de los comportamientos de tus hijos que te hacen gritar y escribe las soluciones alternas. Tenerlas por anticipado hace que nos sintamos menos tentados a vociferar.
Separa la “mala conducta” de los comportamientos típicos de los niños. En ocasiones tienes que volver a lo que es “normal” en cada etapa evolutiva.
Si te enfadas por algo, no lo mezcles con otro evento. Eso hace que escales, te irrites más y termines gritando.
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Mira el gritar como una elección consciente. Detente 3 segundos y pregúntate si vale la pena molestarte… la mayoría de las veces verás que no.
Ser empático y ponerse en los zapatos de tus hijos hacen que el autocontrol se dispare porque amplia la comprensión. Muéstrate cercano y oye las explicaciones que te dan antes de actuar.
Promueve el respeto como premisa en la relación. Si prima este valor, los gritos están de más.
Los papás también necesitan un Time Out. Si estás molesto para antes de gritar, vete a un lugar calmado, respira y date cuenta de tus sentimientos. Cuando la tormenta pase vuelve a resolver el problema.
Si te equivocas, pide disculpas. Errar es de humanos y este camino de la disciplina positiva requiere determinación, firmeza y valentía.
Pide ayuda si sientes que no puedes manejar la situación. Apóyate en tu pareja o familia.