Julio, procedente de Isabela, vive desamparado junto con sus tres hijos —uno de ellos asmático crónico— en la calles de la Gran Manzana.
Salió de la isla tras la devastación del huracán María buscando un mejor futuro. Pero no se le ha hecho fácil, pues le han negado todo tipo de ayuda.
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El padre carga con unas pocas pertencias en una maleta, y en bolsas plásticas, lleva algunas meriendas para sus hijos.
Por el día, dice que se la pasa buscando donde se va a quedar por la noche con su hijos.
Según una entrevista difundida por Telemundo, Julio asegura que algunas iglesias le han prestado techo pero solo para dormir por la noche.