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Corre el tiempo a la Iglesia Católica para pagar pensiones

El Tribunal podría embargar las cuentas de la Iglesia si al cumplirse el plazo de 24 horas no han desembolsado $4.7 millones a los maestros retirados

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La Iglesia Católica tiene hasta hoy en la tarde para desembolsar el dinero que les adeuda a los maestros retirados de las escuelas de esa institución que habían perdido su plan de pensiones en junio de 2016.

Sin embargo, hasta ayer, el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, desconocía de dónde se iba a obtener la suma para evitar que el Tribunal proceda a embargar las cuentas bancarias de la entidad religiosa.

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“Que los abogados respondan. Yo no soy consiente de ese detalle hasta ahora mismo”, reaccionó el arzobispo metropolitano a la orden del juez Anthony Cuevas Ramos del Tribunal de San Juan, quien dio a la Iglesia “el término final de 24 horas, para que proceda a consignar la suma de 4.7 millones de dólares en la Unidad de Cuentas de este Tribunal”.

Sobre si tendrán el dinero que exige el Tribunal, señaló: “Yo dudo eso… En Puerto Rico, hay cinco diócesis y una arquidiócesis. Yo solo tengo conocimiento (económico) de la arquidiócesis”. Sostuvo que desconoce qué cantidad tiene el Fideicomiso, ya que se trata de una comisión separada de la arquidiócesis, en donde el monseñor tiene un voto. De hecho, añadió que no estaba cuando se fundó el programa de pensiones e, inclusive, desconocía los trabajos porque nunca se le invitó a reuniones.

El pleito entre los maestros retirados, la Superintendencia de la Escuelas Católicas y la Academia se remonta a 2016. En marzo de ese año, se les informó a los demandantes que el plan de pensiones se eliminaría a causa de la crisis económica que, desde antes de ese momento, vive el país.

“No hay tal derecho”

González Nieves sostuvo que el plan de pensiones fue un plan en el que los maestros no tenían que aportar dinero alguno, sino que se creó como una caridad. Nunca aportaron económicamente al plan. No se les pidió que aportaran. Se les pagaba seguro social, había que ofrecerles plan médico, y esto, por añadidura, se ofreció como una ayuda adicional totalmente gratuita”, manifestó el prelado al resaltar que el programa tuvo fallas, como por ejemplo, que durante los primeros diez años no se hicieran desembolsos, pero se iniciara a desembolsar desde el primer año.

Al preguntarle si considera que los empleados tienen derecho a la compensación, sostuvo: “Me da mucha pena decirlo; no hay tal derecho. Suena cruel decirlo, pero en los estatutos, y cada pensionado recibió copia de los estatus, dice en blanco y negro que el plan puede terminarse en cualquier momento, con razón y sin razón, por los miembros de la Junta (del Fideicomiso)”.

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