Los manifestantes escalaron la nave y encadenaron el ancla a una cápsula de supervivencia donde permanecerán dentro para que el buque ucraniano no pueda pescar. La organización ambientalista explica que la pesca intensiva del krill en la Antártica le arrebata el alimento a las especies de la zona, como ballenas y pingüinos. Andrés Soto, activista chileno que participó de la intervención afirmó que “Hace meses estamos haciendo una expedición para lograr una santuario marino que proteja la Antártica. Hoy nos encontramos con barcos que capturan krill y como activistas vamos a resistir en esta cápsula sobre las aguas de la Antártica para frenar la explotación de una de las áreas más puras del planeta”. “Los barcos que pescan krill no deben ir a capturarlo en zonas donde la fauna busca este alimento para sobrevivir, tampoco deben pescar en aguas propuestas como santuarios marinos”, agregó.
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