El aumento al salario mínimo propuesto por el gobernador Ricardo Rosselló impactará poco más del 25 % de la fuerza trabajadora en la isla, que se estima gana $7.25 la hora. Los últimos datos de empleo detallan la cifra de personas trabajando en Puerto Rico en 976,000.
Mientras, según el economista José Caraballo Cueto se estima que en la isla unos 250,000 trabajadores devengan el salario mínimo. El secretario del Trabajo, Carlos Saavedra dijo ayer en entrevista televisiva (Wapa TV) que no contaba con el dato de las personas que ganaban salario mínimo, pero defendió los recortes de otros beneficios laborales con el argumento de que habrá un alza al salario mínimo que no solo impactará a esos trabajadores, sino que será más dinero circulando en la economía.
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Sin embargo, la economista Martha Quiñones no está tan optimista con la propuesta del Gobierno. “Aumentarle 50 centavos (ahora), 50 centavos después, lo que sería un dólar, no hace gran diferencia en hacerlos más ricos. Porque les están quitando más”, aseguró la experta. Esta agregó: “O sea, estás aumentando un dólar de aquí al 2020, pero le estás quitando una serie de beneficios que tenían, como sus vacaciones, sus días de enfermedad o, sencillamente, quitarle el bono de Navidad, que es bastante para algunas personas”.
Positivo el bono por Trabajo, pero insuficiente
Quiñones contó que, anteriormente, muchos de los trabajadores “recibían esa compensación porque no ganaban la cantidad necesaria como para cubrir sus necesidades. Están por encima del nivel de pobreza, pero están ahí rayando. Antes se les daba esa bonificación de $300, que para ellos también era importante”.
La economista opinó que “sí, es bueno la parte del bono ese, pero subirle un dólar no va a hacer una diferencia sustancial para ellos”. Mientras, el economista y profesor universitario José Alameda indicó: “Se ha creído una teoría: que para la competitividad hay que eliminar derechos laborales, y eso es contrario a lo que es la competitividad. Esta es cuando todo el mundo aumenta sus niveles de eficiencia, el Gobierno, la empresa privada, ese tipo de cosas”.
El también profesor universitario mencionó diversos países europeos que tienen más de 20 días de vacaciones, y tienen niveles de competitividad altos. Otro aspecto que destacó Alameda fue el riesgo de que, al tener que subir el salario mínimo, algunos patronos decidan bajar las horas de sus empleados. “Lo que hacen es controlarte las horas de trabajo. Están dando en una bandeja de plata prácticamente todos los derechos laborales. Si tú en un mecanismo de competitividad, les quitas derechos, les quitas bienestar a los trabajadores, lejos de aumentar la competitividad se la reduces”, precisó el economista.
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