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Caficultores claman por acción inmediata de Agricultura

La producción local peligra y el café importado que trae la propia agencia amenaza con acaparar el mercado

La situación es insostenible para los caficultores del Sector de Café de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico. Con pérdidas ascendentes a $100 millones como consecuencia del paso del huracán María sobre la isla, para resurgir de la crisis los trabajadores cafetaleros claman por acceso al ingrediente más básico de su receta: la semilla.

“El interés de la empresa privada y de los caficultores está alineado en los esfuerzos para levantar la producción del café. Necesitamos que el Departamento de Agricultura vaya a la par con estas partes, enfocando todos sus recursos para la siembra, cultivo y cosecha de café en Puerto Rico”, apuntó Germán Negrón, gerente general de Puerto Rico Coffee Roasters.

“La industria del café es la espina dorsal de la economía de la montaña”, sostuvo Iris Jannette Rodríguez, presidenta del sector de café de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico.

El grupo de caficultores se unió ayer para hacer un llamado público a una sola voz. Con ese fin, llevaron a cabo una mesa redonda, “El café después del huracán”, donde presentaron las necesidades de la industria cafetalera ante el efecto de los huracanes Irma y María en sus fincas.

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En el encuentro, que tuvo lugar en el Centro de Convenciones, la industria expresó que después de los huracanes  no ha podido comenzar su proceso de recuperación, debido a que no cuentan con los programas y recursos necesarios.

Reiteraron que si no se comienza un programa agresivo de rescate y promoción de siembra, la recuperación podría tardar hasta 10 años. Más de seis meses después del paso de los fenómenos atmosféricos en septiembre del pasado año, la respuesta del Departamento de Agricultura (DA) no h sido efectiva.

“La industria del café es la espina dorsal de la economía de la montaña. El ingreso que genera se queda en Puerto Rico; no se va de aquí. Cada dólar que un caficultor le paga a sus trabajadores, es dinero que se reinvierte en la economía local de los pueblos en donde se cultiva el café”, apuntó Iris Jannette Rodríguez, presidenta del sector de café de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico. En la isla, la industria del café está desarrollada en 22 municipios.

Con un mercado que ronda los 240 mil quintales base pilado al año de consumo de café en Puerto Rico (según datos del DA), el margen de oportunidad para los caficultores ampliar la producción y venta es grande. Se trata de un billón de tasas de café al año. Pero la industria es mucho más compleja que el cálculo a simple vista.

Las últimas tres cosechas de café a nivel isla durante los tres años antes de María habían alcanzado los 65 mil, 45 mil y 40 mil quintales respectivamente. La cosecha que estaba proyectada precisamente para los meses de septiembre y octubre de 2017 habría superado las anteriores, pero María la destrozó, explicó Wilfredo Ruiz, presidente de la Asociación de Beneficiarios.

Proyecciones indican alza en importación del café

La demanda que no logra satisfacer la producción local de café, lo abastece el DA con productos importados. De lo que quedó de la cosecha del pasado año, se estima que hay unos 15 mil quintales, a los que se sumarían otros 10 mil en la cosecha de este año. Eso significa que los caficultores locales solo podrán satisfacer un 10% del consumo en Puerto Rico, mientras que el 90% sería café cosechado en el exterior. Se trata de una proyección que mantiene la esperanza viva de al menos rescatar el 10%, aunque existe el riesgo de que la cosecha sea nula. Debido al estado actual de las plantaciones, si el DA no toma acción inmediata las proyecciones podrían repetirse durante los próximos años.

Toda esa producción importada llegaría a la isla a través de la Administración para el Desarrollo de Empresas Agropecuarias (ADEA) del DA, que trae el producto y lo vende a los torrefactores que culminan el proceso hasta que llega al consumidor. De acuerdo a Ruiz, quien también es viverista, el mercado global de café en este momento ronda los $140 el quintal semitostado. Suponiendo que el DA adquirió el quintal a dicho precio, debe haberlo vendido al torrefactor en aproximadamente $322 el quintal, con un margen de ganancia de $182.

“Queremos que parte de se dinero lo inviertan en nosotros los caficultores, en levantar nuevamente las plantaciones”, indicó el caficultor. “Estamos hablando de 200 mil quintales quizás que se importen este año que viene, parte de ello que se invierta en la industria”.

“El Departamento de Agricultura, lamentablemente, en vez de ser un facilitador se ha convertido en un comerciante. ¿Cuál es la misión entonces del Departamento de Agricultura, ayudarnos a levantar la industria o hacer negocio?”, cuestionó Ruiz.

“Sabemos por la crisis que está pasando Puerto Rico, lo que pedimos es que del dinero que da la propia industria (del café), se invierta parte de él en la industria”, añadió.

Lo que representa una oportunidad de aumentar hasta 10 veces su producción actual para suplir el mercado local.

“Si trabajamos para aumentar la producción de café en Puerto Rico para sustituir los 225,000 quintales que ADEA importará en 2018 para cubrir el déficit actual en la demanda de café a ser elaborado en Puerto Rico, lograríamos que nuestros caficultores reciban directamente a sus bolsillos a nivel de finca $75,000,000 anuales. Dinero que actualmente el consumidor puertorriqueño ya paga y que en su mayoría llega como ingreso para el Departamento de Agricultura a través del café que la agencia importa”, añadió Rodríguez.

Piden a Agricultura cambios en protocolos y reglamentos

En un consenso casi unánime, los caficultores entienden que el problema más apremiante es la falta de semilla de café, la calidad de ésta y la forma en que el DA le asigna esa semilla a los caficultores. Para que un viverista pueda suplirle la semilla al caficultor, dicha materia tiene que estar certificada exclusivamente por la Estación Experimental Agrícola del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, según establecido por el DA.

La Estación Experimental, por ejemplo, es quien va a otro país y recibe recomendaciones de alguna plantación de café específica que pudiera ser resistente a plagas. Entonces trae la semilla, la germina y la observa durante cinco años, antes de que pueda distribuirse a los viveristas y caficultores, explicó Ruiz.

“El Departamento de Agricultura por los pasados 30, 40 años ha sido el responsable del estancamiento de la agricultura”, sostuvo el agrónomo Héctor Iván Cordero, presidente de la Asociación de Agricultores.

“Nosotros no podemos esperar cinco años porque de qué vamos a vivir, nosotros estamos dispuestos a asumir el riesgo”, apuntó, al tiempo que afirmó que es indispensable “romper con ese protocolo”. Es decir, los viveristas quieren tener la posibilidad de importar ellos mismo la semilla y germinarla, lo que le permitiría producir de seis a ocho semillas de café al año –versus las dos millones que se siembran en la actualidad– y aumentar la producción y cosecha.

Pero obtener los permisos a través del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) para importar semillas, es un paso que los caficultores aseguraron pueden lograr. El problema mayor es que dichas dichas semillas no gozan de apoyo técnico ni incentivos por parte de Agricultura a nivel estatal. Según la política actual de la agencia, además, esas semillas no podrían estar aseguradas y, por consiguiente, tampoco las cosechas.

“No dan oportunidad a que el agricultor pueda desarrollar nuevas iniciativas de cultivo, nuevas variedades. El Departamento de Agricultura por los pasados 30, 40 años ha sido el responsable del estancamiento de la agricultura”, sostuvo el agrónomo Héctor Iván Cordero, presidente de la Asociación de Agricultores.

Señalaron, además, el atraso en el pago del seguro agrícola por la Corporación de Seguros Agrícolas. Los reclamos a dicho seguro sobrepasan los $50 millones, indicaron los caficultores. El DA se comprometió a pagar el total del dinero no más tarde de febrero, pero al día de hoy el desembolso a los agricultores no ha sobrepasado el 50%, según los caficultores en la mesa redonda.

“Se pueden imaginar cómo están los agricultores, la necesidad de ese dinero y lo lento que está Agricultura”, dijo Ruiz.

También denunciaron la falta de abono, la eliminación del programa de protección de cultivos, la escasez de cal, la falta de evaluación de suelos, falta de ayuda financiera y las pocas iniciativas del DA para mitigar los daños causados por los huracanes.

Por su parte Germán Negrón, gerente general de Puerto Rico Coffee Roasters (PRCR), se comprometió a producir sobre 3,000,000 de árboles de café en los próximos dos años, en un intento de suplir las necesidades de semilla de los caficultores. La PRCR cuenta actualmente con un permiso temporero para importar cantidades limitadas de semillas. Además anunció que hará una inversión de $300,000 para la construcción de dos viveros de café adicionales, uno en Manatí y otro en Jayuya, duplicando la capacidad de producción de semillas en el próximo año.

“No olvidemos que nosotros, los caficultores, somos los que iniciamos la cadena de esta industria. Los que madrugamos todos los días, los que no tenemos días feriados ni vacaciones, los que no nos podemos enfermar, los que con nuestro esfuerzo, dedicación, pasión, sudor y lágrimas, porque nos bajaban las lágrimas con cada ráfaga del huracán, nos levantamos y seguimos adelante para producir el mejor café del mundo, el café de Puerto Rico”, expresó Iris Jannette Rodríguez, presidenta del sector de café de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico.

Asuntos señalados por los caficultores en la mesa redonda:

Debilidades:

  1. Baja productividad de las fincas
  2. Falta de programa de certificación y producción de semillas de calidad
  3. Baja disponibilidad de semilla
  4. Poca variedad genética (solo 2 variedades tolerantes a roya)
  5. Programa de transferencia de tecnológicas ausente y conjunto tecnológico obsoleto
  6. Falta de investigación e innovación por parte de la academia

Retos y amenazas: 

  1. Efecto socioeconómico adverso a la economía de la montaña si no hay acción inmediata
  2. Resurgimiento de una mentalidad gubernamental de reglamentación excesiva y control absoluto
  3. Baja poblacional – abandono de las fincas
  4. Riesgo de perder el arancel y protección por la baja producción

Oportunidades:

  1. Mercado de 240,000 quintales de consumo local
  2. Fuente de creación de empleo en la montaña (10,000 empleos directos e indirectos)
  3. Colaboración entre el sector privado, académico y gubernamental
  4. Oportunidad de redefinir y comenzar de nuevo luego del huracán.
  5. Reintegración de la academia con rol activo al desarrollo de la industria
  6. Estructura de incentivos con enfoque en volumen y productividad

Propuestas específicas:

  1. Que se incluya en el seguro agrícola federal a los caficultores, incluyendo a los viveristas.
  2. Que señale vistas públicas para la Resolución Conjunta del Senado 175 de autoría del Senador Luis Berdiel.
  3. Reactivación y creación de centros de cal.
  4. Que se dirijan la totalidad de los fondos del café importado a la revitalización de la industria y no para administrar el Departamento de Agricultura.
  5. Que los incentivos estén disponibles para todas las plantas del café no tan solo para las que provee el Departamento de Agricultura.
  6. Pago de segurosagrícolas (Corporación de Seguros Agrícolas del Departamento de Agricultura)
  7. Programa para el desarrollo de viveristas y reestablecimiento de la infraestructura de los viveros; semillas de calidad locales y/o importadas; promoción de siembre/resiembra nuevas asistida.
  8. Árboles de café a bajo costo (semillas) 6-8 millones/año por tres años (2018-2021) de semillas de alta productividad y tolerante a la roya del café.
  9. Subsidio de abono basado en siembras nuevas y producción asegurada pre huracanes.
  10. Programa maquinaria para limpieza y reconstrucción de caminos.
  11. Capacitación para el manejo de la finca pos huracán y prácticas correctas de siembra o Programas de apoyo para cultivos complementarios (plátano, chinas, etc.) y de ciclo más corto para asegurar ingreso.
  12. Garantías de compra con precios mínimos pero sin un máximo para que se incentive la calidad con miras a producir primero para el mercado local y luego para exportación.
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