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Dos días en el corazón de Netflix en Silicon Valley

Fuimos hasta Silicon Valley para conocer in situ qué hacen en Netflix, cómo trabajan y por qué no hay aplicación para Nintendo Switch aún.

Entrar a los cuarteles de Netflix, desde el primer momento en que pusimos pie en las oficinas de Los Angeles, California, parece algo extraño. No tanto por la gran cantidad de memorabilia de las producciones originales de Netflix -el casillero de 13 Reasons Why por ahí, Funkos gigantes de Stranger Things por allá- o por las estanterías con los trofeos y premios que han ganado, sino por el hecho de estar en un lugar donde pasan cosas importantes.

Un grupo de periodistas (de todo el mundo) llegamos ahí con motivo del estreno de la segunda temporada de Jessica Jones, pero también para empaparnos un poco sobre sus operaciones tras bambalinas. Porque es cierto, Netflix delega gran parte de su trabajo a entes externos (sin ir más lejos, quienes producen las series y películas), pero existen ciertos parámetros sobre “cómo hacer las cosas” que se definen dentro de esas oficinas.

Netflix hoy en día tiene 117 millones de usuarios y la mitad de ellos están en Estados Unidos que es su mercado principal, sí, pero “el resto del mundo” es la otra mitad y no pueden pasarse por alto cosas como los dispositivos desde los que acceden, el tipo de internet a la que se conectan o el idioma en el que consumen su contenido o hasta las costumbres de uso. Y de justamente eso se trató la primera charla a la que accedimos: localización.

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Día 1: Netflix HQ en Hollywood, California

En dicho panel, la jefa del departamento de localización Denisse Kreeger explicó que, por ejemplo, Latinoamérica es un mercado donde la mayoría de la gente ve las series o películas dobladas al español. Para muchos fanáticos del idioma original esto podría ser un poco raro, pero para cosas raras, el caso de Polonia: los polacos prefieren lo que se llama lektoring, que es básicamente un único narrador que va describiendo lo que sucede en pantalla y eso incluye los diálogos de los personajes. Y al audio original se le baja el volumen, pero nunca desaparece por completo.

Entre otras cosas sobre localización, se nos menciona que la accesibilidad es importante no solo por cuestiones idiomáticas, sino también para que cualquiera pueda disfrutar de una serie. Y en pos de ello, se está agregando cada vez más un formato de audio descriptivo, muy útil para la gente con problemas visuales.

“Una gran historia es una gran historia en cualquier idioma”. Por eso, el objetivo del doblaje y las localizaciones es “que los personajes sean los mismos sin importar el país o el idioma en que hablen”.

Terminada la charla, seguimos recorriendo. Ahora toca ir a los laboratorios de audio y video del edificio y como bien se explicó en un artículo anterior, Netflix se dedica básicamente a explorar las tecnologías y dar sugerencias, especialmente en el ámbito del HDR (video) y Dolby Atmos (audio), para crear una suerte de parámetros que los creadores de contenido pueden usar como referencia.

Las salas de prueba de audio y video de Netflix están acomodadas perfectamente a sus necesidades. Cámaras RED de última generación, monitores con el color y la resolución correcta o una sala de sonido aislada del resto del mundo, donde el audio en formato Atmos suena a la perfección.

La oficina de Netflix en Los Angeles es relativamente nueva. La compañía se asentó ahí a comienzos de 2017 en pleno Hollywood, en los Sunset Bronson Studios y algunas de sus producciones se filman ahí. Mientras caminábamos por el lugar se estaba rodando la nueva temporada de The Ranch y si bien la luz roja nos indicó que no podíamos entrar a los estudios a echar un vistazo, sí vimos los Tesla de -supongo- algunos de los actores de la serie.

En relación a las producciones propias, la siguiente charla del recorrido se trató acerca de Move, una aplicación desarrollada de forma interna por Netflix, pero no para los consumidores, sino para los creadores de contenido.

Move está pensada como apoyo para la producción de una serie o película y específicamente, para el registro de actividades que implicar un rodaje. “Una producción debiera ser una experiencia placentera para todos los que están en el proceso”, explica Amie Tornincasa, una de las ingenieras detrás del proyecto. Y como es tanta la gente involucrada, Move debe responder una única pregunta: ¿Qué está pasando en el set?

Con Move, Netflix apunta a que las producciones puedan usar la tecnología como apoyo y que todos los involucrados sepan exactamente que está pasando en el calendario de grabación. “No existen actualmente soluciones enfocadas a la producción audiovisual, por eso creamos la nuestra propia”, dice Amie Tornincasa.

Para cerrar el primer día en Netflix, llegó el turno de Reed Hastings de responder preguntas en una reunión bastante informal; las preguntas se hacían a mano alzada. “No estamos interesados en los eventos deportivos”, explicó Hastings, haciendo eco de las palabras de bienvenida que se nos dieron ese mismo día en la mañana.

“Los grandes eventos deportivos no cambian nuestra agenda de lanzamientos y son una oportunidad para quienes no están interesados en eso, porque les ofrecemos contenido que no tiene nada que ver con ello”.

Día 2: Netflix HQ en Los Gatos, pleno Silicon Valley

El segundo día en Netflix fue diferente. Primero, porque dejamos Los Angeles y nos fuimos a Los Gatos, pequeño pueblo al sur de San Francisco que parece sacado de un set de televisión: mucha tienda tipo boutique, casi nada de grandes cadenas y todas las calles y veredas en perfecto estado.

El campus de Netflix en Los Gatos queda en pleno Silicon Valley y son cuatro edificios gigantescos llenos de oficinas y salas de reuniones donde se tratan diferentes temáticas y asuntos. Pero lo primero que nos llamó la atención, cruzando el lobby principal, fue la máquina expendedora de aparatos electrónicos tipo cables para teléfonos, transformadores, adaptadores o cosas similares. Todo gratis, a disposición de los empleados que lo necesiten.

Eso sí, cada artículo tenía el precio asociado. ¿Por qué? “Contratamos solo a gente con buen criterio”, nos explican. “Por lo tanto, confiamos que utilizarán solo lo que necesitan y además, queremos que sepan exactamente cuanto vale lo que se están llevando”.

Terminado el pequeño tour, partimos a la primera charla del día que tenía que ver con disponibilidad del servicio. Aquí nos revelan que en 2017 Netflix estuvo disponible un 99.97% del tiempo y que la meta este año es llegar al 99.99%. “Cuando el servicio funciona bien, la gente lo pasa bien, va a redes sociales y habla de los programas”.

“Pero cuando se cae, no les queda más opción que apreciar la naturaleza”.

El problema es que hay cosas fuera del alcance de Netflix y por lo tanto, más que “evitar” la tarea, es “prevenir y si no se puede, limitar el impacto”. Los encargados de sostener la infraestructura de red dicen estar siempre preparados para todo y eso implica a veces “introducir un poco de caos de forma intencional en el sistema” para así reaccionar y probar las alternativas en caso de emergencia.

La reciente Cloverfield Paradox fue una buena oportunidad de probar la red de soporte de Netflix. Para la compañía, esa película fue un estreno especial por la forma en que se anunció: primero en un comercial del Super Bowl y un par de horas después, disponible para todos en todo el mundo. Y no hubo mayores complicaciones, por lo que sus preparativos realizados durante meses “valieron absolutamente la pena”.

Luego de esta charla, nos llevaron a otro lugar del edificio; una sala llena de televisores de diferentes marcas y modelos. ¿El fin? Probar las aplicaciones de Netflix y como se comportan esos dispositivos en general. Cuáles son los que tienen mejores prestaciones y cuáles los no tan buenos.

Aquí, la gente de Netflix revela un dato interesante y es que, con el tiempo, la gente pasó de ver Netflix en su computador a ver la plataforma en el televisor. Los usuarios todavía usan un computador o un teléfono para crearse una cuenta pero, luego de seis meses, la TV es el principal aparato de consumo.

Eso sí, Netflix quiere estar en todos los dispositivos posibles y ahí es cuando la pregunta cae de cajón: la Nintendo Switch no tiene aplicación de Netflix. La persona a cargo de la presentación es Scott Mirer y, medio entre risas y medio en serio dice que si bien la decisión final se toma entre ellos y el fabricante, en el caso de la Switch la respuesta parece estar sus dueños.

“Nintendo posicionó la Switch principalmente como un aparato para videojuegos, entonces sus prioridades están ahí”, explicó Mirer. “Pero tenemos una muy buena relación con Nintendo, por algo antes lanzamos Netflix en la Wii y en la Wii U”.

Nuestro paseo continuó en un pequeño cuarto lleno de cajones tipo refrigeradores que en su interior contenían cientos de modelos de celulares y tablets, todos corriendo la aplicación y ejecutando acciones de forma automatizada. ¿Para qué? Para probar como funciona Netflix no solo en diferentes países, sino también sobre diferentes conexiones, redes y hasta operadores.

Para ello, se implementó un sistema que les permite correr con tarjetas SIM de otros países y conectarse a esas redes de forma interna. Así, por ejemplo, pueden testear lo que pasa en el otro lado del mundo y saber si algo genera conflicto. Y tuvo que construirse así porque, considerando la cantidad de dispositivos y operadores, realizar esas pruebas de forma manual es prácticamente imposible.

“Todos los aparatos los adquirimos nosotros”, indica uno de los encargados. “Vamos y compramos uno en una tienda porque queremos replicar de forma exacta que es lo que están viendo las personas en sus teléfonos”.

La importancia de la arquitectura de redes y los sistemas es clave para Netflix, tanto por el lado de los proveedores externos y las compañías como también de la plataforma de red propietaria, llamada OpenConnect. Así que hacia esa presentación nos movemos y a estas alturas, ya no se en cual de todos los edificios de Netflix estamos.

OpenConnect es el servicio de distribución de datos de la empresa, que -curiosamente- corre sobre una plataforma de sus competidores: Amazon Web Services. Y Netflix ofrece todas las facilidades del mundo a los proveedores de internet para que los usuarios, en cualquier país que estén, no tengan problemas para consumir contenido.

“Tenemos servidores con OpenConnect dentro de los ISP en casi todos lados”, explican. “Entonces, el 95% de nuestro tráfico se consume directamente en el operador local”, ayudando de esta forma a que la conexión sea mejor y sin interrupciones.

Pero además de lo anterior, en Netflix trabajan constantemente en optimizar los datos de video. Por ejemplo, nos revelan que un episodio de Jessica Jones sin comprimir tiene un tamaño de 293 GB y si se consumiera tal cual, requeriría 798 Mbps de velocidad para poder verlo sin cortes.

Ahí es donde entra el algoritmo de compresión de video, que ha pasado por varias interacciones y que actualmente permite entregar video en definición estándar “y con una calidad decente”, según los responsables del área, necesitando solo 270 Kbps de velocidad de red. Esto es un salto importante respecto a lo que había hasta un par de años atrás, cuando una calidad similar requería una conexión de 750 Kbps.

El algoritmo original, nos explican, codificaba el video dependiendo de la complejidad de la imagen de un título completo. Por ejemplo, una serie como Bojack Horseman es relativamente sencilla de comprimir debido a la simpleza de sus cuadros y por ende, se podía entregar mayor calidad a menor velocidad de transferencia. Pero series o películas más complejas necesitaban de otra compresión y por ende, más ancho de banda.

Pero durante la charla, la gente de Netflix detalla como aquello lo fueron iterando y optimizando y ahora la compresión de un contenido se hace de forma dinámica considerando lo que se muestre en ese momento. Los archivos de video se dividen en porciones, se analizan esas porciones, y la compresión se aplican dependiendo de los pixeles que aparecen en pantalla.

“Recodificamos todo el catálogo propio con este algoritmo de optimización dinámico y gracias a ello, podemos entregar 26 horas de contenido con apenas 4 GB de datos”. Esos 4 GB de datos no son al azar, sino que se trata de uno de los planes de datos más populares en Filipinas.

Esa charla sobre redes fue la última actividad del día, no sin antes dar un último recorrido por las instalaciones donde seguían llevándose a cabo las reuniones donde, según nos comentaban, se estaban discutiendo varias cosas para el futuro de las diversas áreas de Netflix.

Pero antes de cerrar, a las 12 de la noche de la hora local, volvimos a una improvisada sala de control desde donde se monitorearía el estreno de la segunda temporada de Jessica Jones. En medio de computadores y escritorios, también aparecieron algunos vasos de champaña y una pantalla gigante indicando el tráfico de usuarios al sitio.

Las expectativas de los empleados de turno esa noche eran en su mayoría positivas; mal que mal, es un estreno importante en cuanto a volumen de gente, pero Netflix a estas alturas ya está acostumbrado a estas cosas. Aún así, hubo algunos problemas: se detectaron, por ejemplo, que los subtítulos en algunos idiomas no estaban desplegándose de forma correcta. Pero a la larga, pareció un detalle menor.

Los dos días en Netflix nos sirvieron para entender a grandes rasgos cómo funciona una compañía como esta por dentro. En pleno Silicon Valley, los empleados tienen todo tipo de facilidades para trabajar más allá de los casinos repartidos por todos los edificios o el transporte al terminar la jornada.

Pero claro, ni Netflix ni nadie se salva de cosas cuestionables. Por ejemplo, la discusión sobre la neutralidad de la red, tema sobre el que Scott Mirer dice que la postura de Netflix es que “la cancha sea pareja para todos” y que si eso sucede, la empresa no tiene problema alguno con que haya cierta discriminación de datos.

Por otra parte, ¿cuánta información de sus usuarios tiene Netflix? ¿Cuánto saben de ellos?

“Lo único que nos interesa saber es que contenido les gusta y que contenido no les gusta. Nada más”, asegura Todd Yellin, vicepresidente de productos de Netflix. “Para nosotros, un perfil no es más que el usuario 4567. Un número”.

Algunas personas, además, sienten que Netflix eventualmente podría perder terreno frente a la competencia, especialmente si sus shows y producciones no tienen la calidad que muchos esperan. Disney pretende atacar fuerte y su catálogo no es cosa menor; tienen a Marvel y ahora tienen a Fox. Amazon Prime Video también está produciendo cosas interesantes. Y el crecimiento, eventualmente, va a llegar a un punto en el cual se detenga.

Reed Hastings, CEO de Netflix, parece estar consciente de ello. Y pese a que reconoce que le gustaría que Netflix sea lo único que la gente vea en cada país, eso traería un segundo gran problema: “No habrían más voces”.

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