El vicepresidente y probable sucesor en el ejecutivo cubano, Miguel Díaz-Canel, reconoció los retos económicos que tiene la isla de cara a un nuevo gobierno que se formará en unas semanas y aseguró que estará atento a las demandas de la población.
Díaz-Canel participó en las votaciones para diputados nacionales en Santa Clara, ciudad en el centro del país, en lo que fue el primer paso de la conformación de la Asamblea, el Parlamento unicameral que formará gobierno en abril y luego de que el actual mandatario Raúl Castro anunció que no se reelegirá.
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“Va a ser un gobierno que se va deber al pueblo. El pueblo va a participar en las decisiones que tome ese gobierno”, dijo el funcionario al salir del colegio electoral.
“El pueblo también puede revocar si alguien no cumple con sus responsabilidad”, agregó Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años, oriundo de esta provincia.
Si toma la presidencia como todo parece indicar, será el primero que no se apellide Castro o haya participado de algún modo en la gesta revolucionaria que triunfo en 1959.
La futura administración tiene como desafío sacar adelanta a la isla de una tensa situación económica y Díaz-Canel reconoció que la modernización financiera, así como los planes de apertura en este sentido se habían visto complicados.
Según el funcionario “la actualización del modelo” es “un proceso más complejo de lo que pensamos en un principio y por eso no hemos podido avanzar”.
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En 2010, Raúl Castro comenzó una paulatina reforma de apertura a la iniciativa privada autorizando pequeños negocios, regularizando el mercado de bienes raíces y entregando a particulares tierra ociosa, entre muchas otras; pero en el último año las acciones en este sentido se paralizaron.
Aunque no se espera que esta nueva camada de dirigentes políticos rompa con la revolución y la llamada generación histórica, Díaz-Canel se mostró domingo con un estilo un poco más abierto pues llegó a votar con su esposa de la mano, vestido de sport e hizo cola junto a los vecinos para ingresar a las urnas.
Díaz-Canel lamentó que las relaciones con Estados Unidos se hayan deteriorado bajo la presidencia de Donald Trump y acusó a este de volver a la retórica de la “Guerra Fría” y ofender a Cuba con las medidas que distanciaron los nexos.