MANILA, Filipinas — En Manila, se acusó al presidente de violar los derechos de las mujeres. En Seúl, el creciente movimiento #MeToo tomó las calles. En India, donde la violencia endémica contra las mujeres solo ha llegado hace poco al debate público, marcharon hacia el Parlamento reclamando a voces sus derechos.
El jueves era el Día Internacional de la Mujer, y al comenzar el día en Asia miles de mujeres se aseguraron de que no pasara desapercibido.
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Cientos de activistas con camisetas rosas y moradas protestaron en Manila contra el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, al que describieron como uno de los peores infractores de los derechos de las mujeres en Asia.
Las líderes de las protestas cantaron y bailaron en una festiva manifestación en la Plaza Miranda, donde entregaron rosas blancas y rojas a madres, hermanas y viudas de varios acusados de consumir o vender drogas, fallecidos en la violenta campaña de Duterte contra las drogas ilegales.
La cuestionada líder de Myanmar Aung San Suu Kyi instó a las mujeres a construir democracias pacíficas utilizando su fuerza en la política, la economía y la sociedad. En Europa, las manifestantes españolas comenzaron temprano iniciando una huelga de 24 horas y llamando a las mujeres a dejar de trabajar, ya fuera en las oficinas o en su casa.
En Afganistán, cientos de mujeres que habrían tenido miedo de salir de casa durante el régimen talibán se reunieron en la capital para conmemorar el día y recordar a sus líderes que queda mucho trabajo por hacer para dar a las mujeres afganas una voz, garantizar su educación y protegerlas de la creciente violencia.
Y en China, algunos estudiantes de la Universidad de Tsinghua aprovecharon las ocasión para hacer bromas sobre la enmienda constitucional de eliminar el límite de mandatos del presidente del país.
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Un cartel bromeaba con que la legislatura de un novio tampoco debería tener límites, mientras que otro decía “¡Un país no puede existir sin una constitución, como nosotros tampoco podemos existir sin ustedes!”.
La legislatura china, que ejerce un papel ceremonial, tiene previsto aprobar durante la actual sesión anual una enmienda constitucional que permitirá al presidente, Xi Jinping, gobernar de forma indefinida.
Las fotos de los carteles se compartieron el miércoles por la noche en medios sociales chinos antes de ser eliminados por los censores. Algunos internautas también dijeron que los carteles habían sido retirados con rapidez.
Cientos de surcoreanas, muchas vestidas de negro y con carteles de #MeToo, marcharon por el centro de Seúl. Allí pidieron que se lleve ante la justicia a los acusados de violencia sexual y acciones en otros temas como cerrar la brecha salarial.
Desde que una fiscal reveló en enero casos de maltrato y violencia sexual en el lugar de trabajo, el movimiento #MeToo ha ganado fuerza en Corea del Sur. La lista de mujeres que han denunciado sus casos crece cada día.
Varios hombres en puestos de influencia han renunciado a sus cargos, incluido un gobernador que era favorito en la campaña presidencial antes de ser acusado de violaciones reiteradas a su secretaria.