Muchos podrían pensar que llegar a los noventa años es sinónimo de descanso y reposo absoluto, pero la historia de una abuelita que se sumó a un voluntariado, te hará cambiar de parecer e incluso te inspirará a ser cada día mejor.
Así es la historia de Irma quien, a sus 93 años, tomó la decisión de tomar el avión más cercano y salir desde el aeropuerto de Milán-Malpensa para sumar a una causa conmovedora.
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La historia de Irma es realmente apasionante, pues siendo muy joven, su esposo falleció y con tan solo 26 años tuvo que asumir el difícil reto de criar a tres niños sola. Reto que pudo superar con determinación y dignidad.
Ya en su vida adulta, direccionó su energía a un pequeño orfanato fundado en Kenia por un misionero de su pueblo, con ubicación próxima a Venecia.
Justo a finales de febrero de 2018 fue cuando decidió que era el momento de salir de su país para poder ayudar, ahora sí, en vivo. Motivo por el que ella y su hija se sumaron a la misión humanitaria.
Irma tenía algo claro: sus próximas tres semanas iban a ser diferentes. Por eso, puso manos a la obra y ordenó todo para sumarse al voluntariado del mismo orfanato que una vez ayudó.
Fue su nieta quien decidió documentar la gesta con un par de fotografías desde su cuenta personal en Facebook.
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“Esta es mi abuela Irma, una niña de 93 años que se fue esta noche a Kenia. No a una aldea turística con todo hecho, sino a un pueblo de niños, a un orfanato. Os la muestro porque creo que todos debemos mantener siempre un poco de inconsciencia para vivir y no para sobrevivir. Miradla… ¿pero quién la detiene? Yo la amo”.
Los medios a lo largo y ancho de su natal Italia hicieron eco de inmediato sobre la historia, convirtiéndose incluso en una matriz de opinión con el nombre Mamy Irma.