El Vaticano aseguró el jueves que el papa Francisco se reúne a menudo con las víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, en un aparente intento por desactivar un creciente escándalo por su apoyo irrestricto a un obispo chileno al que las víctimas acusan de presenciar e ignorar los abusos que sufrieron.
El portavoz del Vaticano Greg Burke sostuvo que Francisco se reúne en privado y varias veces al mes con las víctimas, ya sea de forma individual o en grupos, para escuchar sus historias “y ayudarlas a curar sus graves heridas”.
PUBLICIDAD
En comentarios también publicados el jueves, Francisco calificó el abuso sexual clerical como una “humillación” que expone la “hipocresía” de la Iglesia.
Francisco enfrenta una de las crisis más graves de su pontificado, después de que restó importancia a las quejas de las víctimas sobre que el obispo chileno Juan Barros encubrió los abusos. Durante su reciente viaje a Chile, Francisco tachó reiteradamente las acusaciones de calumnias y dijo estar seguro de la inocencia de Barros.
Después de que los comentarios papales causaron indignación, Francisco se vio obligado a rectificar y enviar un investigador del Vaticano para que analizara el caso de Barros, que era un protegido del sacerdote pederasta más conocido de Chile, el padre Fernando Karadima.
El arzobispo Charles Scicluna, un respetado exinvestigador del Vaticano especializado en delitos sexuales, comienza su misión el sábado, cuando se reunirá con el principal acusador de Barros, Juan Carlos Cruz.
Cruz y otros dos informantes clave han dicho que Barros presenció los abusos, los minimizó e incluso participó en el maltrato psicológico de Karadima cuando él percibía desobediencia o deslealtad.
PUBLICIDAD
Barros ha negado haber presenciado o encubierto cualquier abuso.
Francisco provocó indignación en 2015 cuando nombró a Barros, entonces capellán militar en Chile, para dirigir la diócesis de Osorno, en Chile, pese a las objeciones de algunos miembros de la conferencia episcopal chilena. Ellos temían más efectos perjudiciales del escándalo de Karadima y recomendaron que Barros y otros dos obispos formados por Karadima renunciaran y se tomaran un año sabático.
Francisco ha dicho que no aceptó la recomendación y que rechazó la renuncia de Barros en dos ocasiones, alegando que no podía aceptarla de buena fe porque no tenía pruebas de que Barros hubiera actuado mal
Sin embargo, The Associated Press reportó que Francisco recibió en abril de 2015 una carta de Cruz de ocho páginas en la que se detallaban los abusos y el papel de Barros como testigo y encubridor. Cruz había enviado por correo versiones similares de la carta al papa y a su nuncio en Santiago, pero nunca recibió respuesta.
El jueves, cuando se le pidió su opinión a las revelaciones de los encuentros del papa con las víctimas, Cruz se preguntó si Francisco realmente escuchó cuando se reunió con las víctimas de abusos. Dijo que si el pontífice realmente hubiera escuchado a las víctimas, se habría enterado de cuánto sufren, particularmente cuando son maltratadas por sus propios pastores.
Burke publicó su comunicado sobre los encuentros habituales de Francisco con víctimas coincidiendo con la publicación el jueves de una transcripción de una reunión que Francisco mantuvo con jesuitas de Chile y Perú, en la que dijo que se había reunido con víctimas más a menudo de lo que se había revelado, a menudo los viernes.
Dijo que la vergüenza de los abusos sexuales en la Iglesia era una “gran humillación”.
“Muestra no sólo nuestra fragilidad, sino también, digámoslo claramente, nuestro nivel de hipocresía”, agregó Francisco.
Francisco había dicho antes que se reunía con las víctimas con más frecuencia de lo anunciado anteriormente, pero los anuncios del jueves proporcionaron más detalles sobre la frecuencia de esas reuniones.
Cruz ha dicho que durante las pesquisas sobre Karadima, que comenzaron en 2009, declaró sobre el comportamiento de Barros en al menos cuatro ocasiones distintas: dos ante los investigadores de la Iglesia chilena y dos ante autoridades judiciales chilenas.
Durante una conferencia de prensa a bordo del avión papal cuando regresaba al Vaticano desde Sudamérica, Francisco dijo que no sabía de testimonios de alguna víctima sobre el comportamiento de Barros.
Alrededor de una semana después, el Vaticano anunció la misión de investigación de Scicluna.
En 2010, el Vaticano condenó a Karadima a una vida de penitencia y oración por haber cometido abuso sexual y psicológico a menores de edad y seminaristas adultos en su parroquia de El Bosque, en un barrio acomodado de Santiago de Chile.
Las víctimas relataron a los fiscales chilenos y vaticanos que Karadima les besó y manoseó en público y que en privado masturbaba a sus acólitos preferidos y les hacía confesarse de rodillas delante de su entrepierna.