A meses del paso del huracán María por Puerto Rico, se ha tratado de medir las consecuencias que este evento atmosférico trajo consigo, principalmente, en las áreas como la infraestructura, la producción de energía eléctrica, las comunicaciones y, más recientemente, en la salud mental de todos los puertorriqueños y puertorriqueñas.
Sin embargo, muy poco se ha enfatizado sobre el estado de los distintos ecosistemas del país, los cuales podrían ser vitales para la amortiguación de futuros eventos naturales.
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Tal es el caso de las playas del archipiélago puertorriqueño, entendidas generalmente como un atractivo turístico y recreacional, pero que fungen como barrera natural para proteger tanto a la infraestructura como a las comunidades de inundaciones.
Sin embargo, estos cuerpos se han visto amenazados por la erosión, afectando su capacidad de cumplir con esta función, tal como lo demostró el estudio del Estado de las Costas de Puerto Rico, realizado por estudiantes y profesores del recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Ante este escenario, este grupo de diez personas, entre profesionales y estudiantes, que forman parte de la Red de Playas de Puerto Rico y el Caribe, adscrita a la Escuela de Planificación Graduada de la UPR de Río Piedras, decidió continuar su labor y visitar la gran mayoría de las playas de la isla con el fin de identificar el efecto que tuvo el huracán María en el estado de la línea costera del país.
“El propósito de las visitas, más allá de ver los daños, es tratar de definir cómo es el nuevo estado de las playas a partir del huracán María. Esto con el fin de entender el efecto de los eventos extremos, en este caso un huracán casi categoría 5, sobre las costas”, explicó la Maritza Barreto Orta, directora de la Red de Playas de Puerto Rico y el Caribe.
Añadió que “vimos cómo el impacto específicamente en el aceleramiento de erosión producida por este huracán, reduce la capacidad de estas playas, y de estas costas, para poder amortiguar los nuevos eventos que lleguen”.
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Según la profesora Barreto Orta, luego de más de diez viajes de campo efectuados entre septiembre a diciembre, y cubrir casi toda la línea costera de Puerto Rico, resultó que aproximadamente el 90% de las playas visitadas se aplanaron, eliminando prácticamente los montículos de arena.
Se concluyó que las áreas más afectadas, las cuales presentaron geoindicadores de erosión y cambios en su morfología -implicando que hubo una reducción en la extensión de playa-, fueron las zonas sureste, norte central y noroeste de Puerto Rico.
“En términos generales, puedo decir que desde Salinas hasta Ceiba, lo más que se encontró es que las playas se acortaron, se redujeron. Toda esta zona sureste, por donde pasó el centro del huracán, redujo la extensión de playa, aplanó las playas, y destruyó infraestructura y vegetación”, señaló la geóloga marina.
De acuerdo con la experta, “otra zona que vimos donde las playas se afectaron mucho, fueron las zonas norte central y noroeste (de Manatí a Mayagüez). Así que, en resumen, las playas que se vieron más afectadas son las localizadas por donde entró y salió el huracán”.
Además de que estas zonas están estrechamente relacionadas al paso del centro de este evento atmosférico, la profesora Barreto Orta encontró que otra posible razón para explicar esto sería “el tiempo que estuvieron expuestos estos puntos a oleaje de huracán”.
“Por la trayectoria del huracán, estas zonas fueron los tres puntos donde, posiblemente, estuvieron más tiempo expuestos a oleaje de huracán en comparación con las demás áreas”, afirmó la catedrática de la UPR dr Río Piedras.
Como tercera explicación, Barreto Orta mostró que estas áreas afectadas, son las mismas que presentaron erosión en el estudio del Estado de las Costas de Puerto Rico, en el que se analizaron los cambios en la línea costera del país hasta 2016.
“Cuando vamos a ver cuáles son las zonas de mayor erosión actualmente, son zonas que ya presentaban esta problemática. Así que entiendo que sí es bien importante ese historial de erosión que venían cargando esas costas. Porque, si tienes una playa que se está erosionando, a medida que esa arena se pierde, esa playa va perdiendo lo que se llama la capacidad de absorber y amortiguar los próximos eventos”, precisó.
Esta es una posible explicación al caso particular de Loíza, el cual a pesar de no encontrarse en las tres zonas relacionadas al paso del ojo del huracán, las playas de este municipio presentaron un aumento en la erosión.