A fines de diciembre, el gabinete de Japón aprobó su plan presupuestario para el año fiscal 2018, con un gasto récord de defensa. Economistas y expertos políticos han resaltado la posibilidad de que con el esfuerzo de Abe por revisar la Constitución pacifista y normalizar aún más al ejército japonés, tales aumentos en el gasto militar puedan desestabilizar aún más la región y desencadenar una carrera armamentista innecesaria.
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