Su misión es la búsqueda y captura de narcotraficantes que trata de cruzar por la frontera. El grupo cuenta con casi 250 voluntarios, todos fuertemente armados. Pero no solo ’cazan’ narcotraficantes sino también atrapan a los inmigrantes que encuentren en el desierto. Por los que el grupo es cuestionado por distintas asociaciones de derechos humanos, ya que no poseen la jurisdicción necesaria para realizar estos arrestos. Foley, asevera que se trata de una actitud “políticamente correcta” y que está afectando a su país por el hecho de permitir pasar personas y droga de forma ilegal, afirma que permanecerán patrullando si esto continúa.
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