Una simple pregunta en nuestras redes sociales fue suficiente para palpar la confusión de muchos puertorriqueños con las subvenciones de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés). Luego de cuestionar su experiencia con la instrumentalidad, fueron más de mil los que nos contactaron furiosos, preocupados y hasta desesperanzados.
Están, por ejemplo, aquellos que lo perdieron todo tras el golpe del huracán María hace 72 días, solicitaron ayudas federales, pero no cualificaron. Ahora no saben cómo volver a empezar, cómo reconstruir para continuar viviendo, tampoco cómo apelar ante la agencia. Otros confrontaron problemas con los inspectores de hogares; algunos tiraron a la basura lo que se mojó y no tienen pruebas del daño sufrido. Las situaciones pueden ser tan variadas como las 1,074,445 solicitudes para ayuda sometidas a FEMA por los boricuas hasta el momento, según la Oficina de Comunicación de la agencia.
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Ante esto, contactamos a Idamis de Jesús, especialista del Programa de Vivienda Asistida Individual de FEMA, con la intención de aclarar las dudas de nuestros lectores. Y para empezar, nos indicó que las reclamaciones son analizadas automáticamente por los sistemas de la agencia en un 95% luego de realizada la inspección.
“Hay una parte que se hace manual, pero es ya cuando los casos entran en un estado en el que tiene que haber intervención humana porque hay que analizar documentos”, sentenció.
El inspector, detalló la funcionaria, no tiene el poder de decidir finalmente qué apoyo el gobierno le ofrecerá al ciudadano.
Pero esos inspectores, continuo de Jesús, no colocaran en su informe todo lo que perdió la persona, porque FEMA no cubre los gastos de lo que sea, como muchos piensan.
“Nuestro programa ayuda a que las personas puedan tener un hogar funcional, que sea habitable y que esté sanitario. Para una persona que es dueña, le cubriría los daños a la estructura. Pero FEMA no cubriría nada que se considere lujo, como verjas, piscinas o terrazas. En contenido, podría cubrir muebles y enseres, juego de cuarto, juego de sala. Pero eso tiene sus parámetros porque si tienes una casa de tres cuartos y eres una persona sola, solo te darán cobertura para un cuarto”, explicó de Jesús.
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Si una persona perdió el techo de su casa, aseveró de Jesús, es elegible a recibir una subvención de FEMA. También su vehículo, de tener uno solo y hasta gastos fúnebres o reembolsos para generados utilizados para tratar condiciones médicas. En el caso de que el ciudadano no tenga dónde quedarse por el daño a su hogar, la instrumentalidad también podría proveer dinero para hospedarse en otro lugar.
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¿Pero qué sucede con casos de personas que solicitaron, perdieron cosas por el huracán, pero se les denegó la ayuda?
Nosotros tenemos varias categorías y todo va a depender de las categorías en la que recibieron la decisión [de denegación]. Es importante que ellos identifiquen en qué categoría es que le están dando la decisión. Si es por la pérdida de contenido personal o [por la estructura]. Si hay una cantidad monetaria a raíz de la decisión o si es que la persona fue denegada ya sea por daños insuficientes o si hay cierta documentación que no pudieron presentar al momento de la inspección.
Hay personas que botaron sus cosas, porque no podían tenerlas en su hogar en las condiciones que estaban. Pero ahora le deniegan la ayuda, ¿por qué esto puede pasar?
Sí, nosotros recomendamos por situaciones sanitarias y para que las personas y las residencias no continúen recibiendo daños, se comience a limpiar la residencia y que tomen fotos. Pero [la denegación] dependerá de las categorías. No necesariamente una denegación porque tuve daños insuficientes a la residencia me va a impactar la decisión del contenido personal. Por otro lado, los inspectores están adiestrados para que si la persona no tiene la foto, poder determinar el nivel de daños que sufrió la estructura. Yo puedo visualizar que si la casa de al lado se inundó, la del medio tuvo que haber recibido la misma cuantía de agua y eso se documenta. Si ya las personas comenzaron a reparar ellos [los inspectores] pueden ver que si hay reparaciones hechas, quiere decir que se dañó lo que estaba en ese cuarto o en esa cocina o en esa sala, porque nadie hará reparaciones a algo que esté bien.
Otra queja de la gente es la tardanza en las inspecciones. Se quejan de que tampoco han llegado los toldos y se le siguen mojando las pertenencias.
Esto es un desastre sin precedentes, tengo que hacerle eco al director [Alejandro] de la Campa. Es el desastre más grande que ha tenido Puerto Rico y el desastre más grande que ha atendido FEMA. El factor de que hayan más de un millón de solicitudes, pues tratar de traer a todos los inspectores a Puerto Rico fue una complicación en logística, tuvimos a Harvey y a Irma. Otro factor han sido las comunicaciones que no han estado ahí para que a los inspectores se les facilite el proceso de llamar a la persona y el otro detonante ha sido como los solicitantes han entrado sus direcciones.
¿Y qué pasó con los $500 que la gente pensó que eran para todo el mundo?
La electricidad no era un factor. Los requisitos que la persona haya estado desplazada, que no haya estado viviendo en su casa al momento de llenar la solicitud y de ahí que haya indicado que tiene una necesidad crítica o inmediata o urgente como de comida, gas, ropa y cosas que ayuden a mantener la vida.
Algunos argumentan que les denegaron la ayuda para darle préstamos.
FEMA hace unas preguntas sobre el ingreso y cuántos dependientes tiene [la persona]. Basándose en la cantidad que digan o los dependientes se le puede hacer referido al programa de subvención o referido al programa de préstamos. Si la persona fue referida al área de préstamo es que al momento de llenar la solicitud tal vez tenía la capacidad financiera.
¿Cómo hacer reclamaciones?
Finalmente, de Jesús explicó a este medio que si alguna persona no está de acuerdo con los resultados de su inspección, tiene 60 días a partir de recibir la notificación por carta para apelar.
“Es importante que analicen la carta y si no la entienden llamen al 1800 621 3362 o al centro de recuperación más cercano”, concluyó.