BALTIMORE — La familia Tavárez vivió un mes y medio atroz luego del paso del huracán María por Puerto Rico, subsistiendo en su casa de San Juan sin electricidad, con problemas para comprar los artículos básicos y manejando en calles en las que no funcionaban los semáforos.
Hasta que Evelyn Tavárez, quien tiene tres hijos, casi pierde la vida en un accidente de tránsito y ella y su marido decidieron comprar pasajes para venir a Washington.
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El accidente “fue lo que me hizo considerar la posibilidad de venir a Estados Unidos”, declaró Tavárez a Capital News Service en español el día que llegó al Aeropuerto Nacional de Washington Ronald Reagan. “Pero, créamelo, compré pasajes sin saber a dónde íbamos a terminar”.
Hace tres semanas y media, con la ayuda de organizaciones caritativas, la familia llegó a Baltimore.
Ya desde Puerto Rico Tavárez había estado poniéndose en contacto con organizaciones benéficas a través de Facebook, buscando ayuda para conseguir vivienda y empleo en Estados Unidos.
Uno de los administradores de un portal conectó a Tavárez con la Fundación Janet Arce, organización caritativa de Baltimore que ayuda a que familias puertorriqueñas se instalen en esta ciudad.
Después de escuchar la historia de Tavárez, Janet Arce, fundadora de la organización, le dijo que trataría de encontrarle una casa y empleos para ella y su marido (quien pidió no ser identificado por razones de privacidad).
Una amiga de Arce, Dawn Marie Jones, alquila una casa en el norte de Baltimore que quedó vacante hace poco. La mujer aceptó alquilarla a puertorriqueños que le escapan a la devastación dejada por María en la isla. El segundo piso de un edificio de dos niveles fue reservado para los Tavárez y se les dio la oportunidad de pagar el depósito en cuotas mensuales. Jones dejó en suspenso unas renovaciones para que la vivienda esté disponible de inmediato.
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“Hablé con mi esposo y le dije, ‘están llegando estas familias y nosotros podemos ayudarlas con un alquiler barato’, porque si hacemos las renovaciones que tenemos en mente, el alquiler subirá”, expresó Jones.
Después de más de dos semanas en Estados Unidos, el esposo de Tavárez no ha encontrado trabajo todavía, a pesar de que la familia se instaló en Baltimore alentada porque Arce le había asegurado que les encontraría trabajo pronto. Tavárez dice que les cuesta buscar empleo porque no tienen dinero ni para los autobuses.
“Al no trabajar, no tenemos dinero para que los buses nos lleven de un lugar a otro”, manifestó.
Deben pagar el primer mes de alquiler el 15 de diciembre y Jones dice que no piensa extender el plazo.
Arce está ayudando a la familia a buscar oportunidades laborales a través de Barry Graham, enlace con la comunidad hispana de Goodwill Industries of Chesapeake, Inc.
“El principal desafío es el idioma”, expresó Graham. “Probablemente trate de inscribirlos en el Baltimore City Community College”.
Arce dijo que considerará la posibilidad de organizar una colecta para la familia si no logran reunir el dinero para el alquiler.
“De ser necesario, le pediremos a la gente que done dinero y se lo entregue directamente a ellos”, expresó Arce a Capital News Service en español.
Tavárez, su esposo y sus tres hijos llegaron el 11 de noviembre. Fueron recibidos por un voluntario de la organización de Arce que los llevó a su nueva vivienda, la cual había sido amoblada con la ayuda de voluntarios.
Jean Edwards, ex empleada de la Universidad de Maryland, en Baltimore, hoy jubilada, fue una de las voluntarias que ayudó a pintar el departamento y a conseguir comida y muebles.
Estuvo allí el día en que llegaron los Tavárez y ayudó a llevar un sillón a la vivienda.
“Nuestra meta era tener comida para un mes, así no tenían que ir de compras y podían concentrarse en llevar a los chicos a la escuela y en buscar trabajo”, manifestó.
En su último día en Puerto Rico, Evelyn Tavárez quería que su padre la despidiese en el aeropuerto.
“Pero dio la impresión de que iba a ser muy duro”, comentó.
Por eso se despidió de él el día previo.
“Me recomendó que viniésemos a Estados Unidos, que los chicos iban a estar mejor que en Puerto Rico, con toda la delincuencia y las escuelas que no dan clases”, dijo Tavárez.