La vicepresidenta de la Cámara de Representantes, Lourdes Ramos, aseveró que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) “ha sido imprudente al entorpecer el desarrollo económico del país, y actúa más como un enemigo que como un aliado para reconstruir el país. ¡De verdad que además de ser imprudentes, también tienen fuerza de cara!”.
Esto, tras oponerse a la concesión del Bono de Navidad que la familia invierte directamente en la economía para sustentar empleos, producir impuestos al consumo y mantener activos los comercios locales.
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Manifestó Ramos que cada paso positivo que emprende la administración Rosselló tropieza con una piedra que la Junta planta en el camino. “Siguen con la imprudencia a pesar de que la jueza Taylor Swain los conminó a trabajar en concordia con el gobierno”, desafió la legisladora.
Para Ramos, el simple hecho de que la Junta no reconozca el impacto positivo que representa el Bono de Navidad como efecto económico multiplicador, “demuestra su total imprudencia y que su óptica está totalmente divorciada de la realidad que enfrenta la economía, tras el paso asolador del mayor desastre natural en la historia de los Estados Unidos”.
“Ya que adolecen de este conocimiento elemental, sería bueno que se den una vuelta por la isla para que comprendan la importancia del Bono para la familia, el comercio y la economía, en esta etapa crucial de reconstrucción”, invitó Ramos.
Incluso, la legisladora apuntó que la imprudencia de la Junta se queda corta “ante la hipocresía de sus miembros, que viven de inversiones, de crear y quebrar negocios, de utilizar los subterfugios de créditos contributivos para pagar menos en sus planillas de ingresos, pero que están en primera fila para objetar que el trabajador pueda disponer de un ingreso adicional para satisfacer necesidades apremiantes”.
“En cambio -siguió diciendo Ramos- aunque la Junta es muy severa para criticar que el trabajador pueda acceder a un bono, no ha renunciado a los jugosos salarios que le ha otorgado a sus oficiales, los pagos por escoltas o seguridad, los de viajes y reuniones en hoteles de cinco estrellas, como en las múltiples asesorías donde dilapida el dinero de un pueblo que fue llevado a la quiebra”.
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No le han llevado una botellita de agua a ese mismo pueblo trabajador al que le niegan derechos, y que les paga sus jugosos beneficios al son de $90 millones anuales. ¡Hay que tener pantalones!, comentó con indignación Ramos.
Insistió Ramos que las proyecciones del Departamento de Hacienda reflejan que por cada dólar de bono invertido en la economía, se multiplica a razón de 1.70, hecho que demuestra que antes que una regalía sin mayores consecuencias, se convierte en un incentivo económico positivo.
“Que se pongan pa’ su número. ¡Qué fácil es vivir del sufrimiento ajeno de un pueblo que intenta levantar cabeza y unos pocos bien acomodados se ocupan en fabricar barreras y tropiezos! Su imprudencia es un insulto para todos los que se empeñan en trabajar y reconstruir a pesar de la desgracia”, agregó la vicepresidenta de la Cámara.