El presidente, Donald Trump, revocó hoy la decisión de su Gobierno de levantar la prohibición de importar trofeos de elefantes cazados en Zimbabue y Zambia a la espera de una revisión a fondo del asunto.
El levantamiento de esa prohibición, impuesta en 2014 bajo el mandato del expresidente Barack Obama, fue anunciado este jueves por el Servicio de Pesca y Vida Salvaje, que detalló que comenzaría a emitir permisos para “la importación de trofeos de caza de elefantes” cazados en Zimbabue y Zambia entre enero de 2016 y diciembre de 2018.
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Sin embargo, tras las críticas de conservacionistas y organizaciones de defensa de los animales Humane Society, Trump dijo hoy a través de Twitter que esa prohibición seguirá vigente mientras él “revisa todos los datos de conservación”.
La caza deportiva legal y bien regulada “puede beneficiar la conservación de ciertas especies al proporcionar incentivos a las comunidades locales para conservar la especie y volver a invertir los ingresos tan necesarios en la conservación”, argumentó este jueves el Servicio de Pesca y Vida Salvaje.
“Para apoyar la conservación, los cazadores deberían optar por cazar solo en países que tienen un gobierno sólido, buenas prácticas de manejo y poblaciones saludables de vida silvestre”, agregó esa agencia del Gobierno.
Pese a que los elefantes africanos están catalogados en EEUU como especie en peligro de extinción, el Gobierno federal puede autorizar la importación de trofeos de caza si determina que matar a esos animales es beneficioso para los esfuerzos de conservación.
En un artículo publicado en internet, el presidente de Humane Society, Wayne Pacelle, tildó de “absurdo” que EEUU encuentre a Zimbabue capaz de gestionar adecuadamente la caza y conservación de sus elefantes, al citar la crisis política que vive ese país.
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De acuerdo con Pacelle, la población de elefantes de Zimbabue ha disminuido un 6 % desde 2001 y la evidencia muestra que la caza furtiva ha aumentado en los lugares donde se permite la caza de trofeos.
En cuanto a Zambia, Pacelle detalló que, de una población de más de 200.000 elefantes en 1972, se ha pasado a solo unos 21.000 en 2016, con el tráfico de marfil como la mayor amenaza para la supervivencia de la especie en ese país.
En 2015, bajo el mandato del entonces presidente Obama, el Servicio de Pesca y Vida Salvaje prohibió la venta entre estados de EEUU de marfil procedente de elefantes africanos y aumentó las restricciones a su exportación.