Según informan varios medios, los Archivos Nacionales de EEUU publicaron este viernes 676 documentos de la CIA y otros informes oficiales hasta ahora confidenciales, siguiendo las órdenes del presidente Donald Trump de ir divulgando progresivamente los archivos aún secretos sobre la muerte de Kennedy en 1963.
Entre ellos se encuentra un documento sin ninguna relación aparente con el asesinato del presidente: un informe de 23 páginas en el que el FBI analiza el perfil de Martin Luther King y que está fechado el 12 de marzo de 1968, tres semanas antes del asesinato de ese célebre líder del movimiento por los derechos civiles en EEUU.
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No hay ninguna mención a Kennedy en el dossier sobre Luther King, y no está claro por qué se encuentra entre los documentos sobre el mandatario ni por qué ha tardado casi medio siglo en salir a la luz.
Las últimas dos páginas acusan al reverendo baptista de participar en “orgías sexuales de borrachos” en las que se practicaban “actos no naturales” al menos desde 1964.
“Durante los años siguientes y hasta ahora, King ha seguido cometiendo estas aberraciones sexuales en secreto, mientras en público se presentaba como un líder moral de convicciones religiosas”, indica el FBI en su informe.
El documento también acusa a King de haber tenido una hija ilegítima con la esposa de un dentista californiano con la que tuvo “una aventura ilícita desde 1962”, y de haber tenido relaciones extramatrimoniales con otras tres mujeres, entre ellas la cantante de folk Joan Baez.
Además, el FBI define al premio Nobel de la Paz como un “marxista de corazón” que apoyaba en secreto el comunismo y se rodeaba de asesores que tenían lazos con ese partido en Estados Unidos.
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Uno de los temas sobre los que los historiadores esperaban conocer más detalles con la divulgación de los archivos secretos sobre Kennedy era la visita a México del presunto asesino del presidente, Lee Harvey Oswald, seis semanas antes del infame suceso.
Se sabía que, durante esa visita, Oswald visitó las embajadas de Cuba y la Unión Soviética en la capital mexicana y un nuevo cable revela el tipo de sistema de vigilancia que tenía instalado la CIA en esas misiones diplomáticas.
La agencia de inteligencia estadounidense tenía, al menos en la embajada soviética, “múltiples líneas de teléfono pinchadas, tres sitios desde los que fotografiar, un equipo móvil de vigilancia y una operación para interceptar el correo”, según un documento.
Durante su visita, Oswald intentó sin éxito conseguir un visado para regresar a la Unión Soviética a través de Cuba y habló para ello con el cónsul soviético, Valeriy Kostikov, que según la CIA era un asesino del KGB.
Los documentos reflejan la preocupación de la CIA y el FBI por la posibilidad de que la Unión Soviética o Cuba hubieran orquestado el asesinato de Kennedy, algo de lo que estaba convencido el entonces secretario de Estado para asuntos interamericanos, Thomas Mann.
Un documento de 1964 indica que Mann “todavía tiene ’la intuición’ de que (el entonces presidente cubano, Fidel) Castro contrató a Oswald para matar a Kennedy”, pero que la comisión Warren, encargada de investigar el asesinato, no había “podido conseguir ninguna prueba de eso”.
Otro informe de la CIA en 1975 dice que las sospechas de que Oswald pudiera tener algún lazo con esa agencia de inteligencia, a la que algunas teorías de la conspiración acusan de orquestar el asesinato de Kennedy, son “totalmente infundadas”.