Es un domingo de octubre y llueve con sol. Nos encontramos en un chinchorro en Santurce, esperando reunirnos con una doctora residente de Centro Médico para una entrevista que acabará siendo crónica.
Llueve esporádicamente. El sol avanza a esconderse. Suena música de salsa en una vellonera. Van y vienen las cervezas y las frituras en las manos de comensales que con este ratito de ocio ansían recordar aquella vida antes de María.
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Llevamos varias semanas intentando que nuestra fuente hable. Y a pesar que desde el inicio de nuestro cortejo ha manifestado que está loca por dar su testimonio, su situación es muy difícil. Lo que pasa es que la administración de Centro Médico les puso mordaza a todos sus empleados, tal y como reseñó Metro en su página web hace unas semanas.
“Sí, nos prohibieron hablar con la prensa”, reconoció la doctora en alguna parte de esta entrevista.
Claro, que las redes sociales no son necesariamente la prensa. Allí suenan muchos reclamos de distintos profesionales de la salud, como el doctor residente Kermith Ayala, quien en medio del desespero de un viernes lleno de apagones en Centro Médico, se desahogó a través de Facebook, con un vídeo que recorrió el mundo.
De más está decir que durante nuestro relato le adjudicaremos un seudónimo a esta doctora residente. Esta nota en internet viene con audio, así que su voz será distorsionada. A nuestra valiente doctora le daremos el nombre de Helen, en homenaje a Helen Rodríguez Trías, activista y pediatra puertorriqueña que en el siglo XX luchó por el derecho a la salud pública de niños y mujeres de escasos recursos, tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos.
La doctora Helen llega al bar-restaurant donde nos hemos citado. Se le ve agotada, pero sonríe. Pedimos algo para el gaznate, en un intento de alivianar lo que se avecina, y arranca la entrevista.
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Metro: Hola doctora, gracias por acceder a hablar con nosotros ¿Cómo están las cosas?
Helen: Las cosas están de mal en peor. Cada vez están más llenos los hospitales. Cada vez hay menos lugares donde los pacientes pueden ir, ese es otro problema por eso están tan lleno. Hay pacientes que no tienen a donde ir o se quedan en el hospital porque no tienen ni agua ni luz en su casa. Necesitan servicio especializado de cuidado de úlcera, de diálisis y no hay centros de diálisis casi funcionando, así que los pacientes se tienen que quedar allí recibiendo diálisis y otros cuidados en el hospital. Entonces, los pacientes que técnicamente se pueden dar de alta se han quedado en el hospital y han llenado el hospital.
Metro: Doctora, lo que denunció el doctor Kermith Ayala antes de ayer, eso es bastante cercano a la realidad, ¿diría usted?
Dra. Helen: Completamente, porque allí todos los días hay apagones. Es una cosa completamente normal. Todos los días. Son cinco, seis apagones diarios.
Metro: El Gobierno dice que es uno de los principales sectores donde buscan que la luz no se vaya…
Dra. Helen: Está funcionando [de modo] sub óptimo Centro Médico, porque a la luz se va, vuelve y viene, y cuando se va no hay donde entrar a la computadora pa ver los laboratorios, la incertidumbre de si el paciente va a estar en ventilador suficiente tiempo. Incluso, nos dijeron que si se acababa el diesel, íbamos a empezar a usar estos ventiladores arcaicos que no utilizan energía esa es una de las incertidumbres, lo otro es que los ascensores dejan de funcionar y entonces hay se complica para subir a ASEM (Asociación de Servicios de Emergencias Médicas) a hacerse estudio imagen.
ASEM es el hospital de trauma, que es la sala de emergencia central de Centro Médico. Allí es que se ahcen todos los CT Scans, los MRI. Del Hospital Universitario y el Hospital Pediátrico acuden allí a hacer los estudios de imagen de sus pacientes y si no hay luz, se complica la cosa, no sirven los elevadores y no se pueden hacerse los estudios de imagen tampoco. Además, una vez llegan los pacientes a ASEM con los criterios de admitirlos al hospital, pues suben al hospital, pero si no hay ascensores, no hay personal, no hay luz, pues los pacientes permanecen en ASEM. Allí los servicios que se dan son de emergencia, no de cuidado básico o crítico o de medicina interna. Si los pacientes se quedan allí, se sigue llenando. De hecho, el viernes pasado tuvieron que cerrar ASEM, cerrarlo. Todos los pacientes que llegaban eran referidos al barco Confort de los federales. Nosotros estábamos completamente sobrecargados y nos pueden cerrar la residencia por el hecho de que estamos viendo más pacientes de los que se supone. No daba el personal de enfermería. De verdad lo de la luz es un asunto crítico, bien, bien crítico. Todo se afecta.
Metro: Sabemos que hay una Ley Hipa, pero quería preguntarle a usted, de la manera que se pueda contar, sobre alguna anécdota, alguna experiencia, algún momento en el que usted haya dicho ‘Aquí nos vamos a fastidiar’. ¿Puede contarnos?
Dra. Helen: Pues eso pasa casi a diario. Pero la gota que colmó la copa fue el viernes pasado cuando se fue la luz y no regresaba. Se fue en cuatro ocasiones y la última vez no subía la planta. Pasó alrededor de una hora y no subía la planta. Eso fue a la una de la tarde. En ese momento se empezó a correr la voz en ASEM de que los ventiladores tenían una vida de batería de hora y media nada más. Todos los pacientes que son de cuidado crítico, pero que estaban en esa sala de emergencia, todos esos pacientes que estaban en ventiladores comenzaron a ser llevados con ventiladores manuales al Hospital Universitario, a ser tirados allí. Los del área de intensivo recibieron pacientes de ASEM que no sabían ni quienes eran, los del área de medicina interna también. En estos días, por ejemplo, han llegado pacientes con tiros, incluso en la cara. Cuando envías pacientes de trauma a otros pisos, te expones a situaciones a las que ni los médicos ni el personal de enfermería está preparadas..
Metro: ¿Cómo es esto?
Dra. Helen: En ASEM llega todo, tanto pacientes de trauma, como de medicina interna. Pues esos pacientes de trauma con heridas penetrantes se admiten al servicio de trauma, pero como había tanto rush, pues pacientes de trauma van a otras áreas donde hay personal que no está preparado para eso, como intensivo, medicina interna, u otras áreas. Por ejemplo, un paciente que haya sido tiroteado en la cara, como algunos que han llegado, no se pueden entubar porque sus fracturas en el rostro proponen un riesgo mayor, como una perforación en la tráquea u otro trauma más grande. Entonces, de ASEM enviaban pacientes así a distintos pisos, y llamaban a los médicos a evaluarlos sin saber ni quienes eran ni cual era el historial. Y era que ASEM salía de esos pacientes porque no había luz, no era su culpa. Aquí esto era caos total.
La ansiedad es notable. Son muchas noches duras, con una de las bregas más difíciles: ser peón obrero de un sistema de salud deficiente y enfocado en hacer dinero, no en salvar vidas.
Agréguele a esto el factor catástrofe, enarbolado en la miseria y desolación que dejó en los pobres el huracán María y tendrá una robusta receta capaz de desencajar emocionalmente al más emérito de los médicos. Aún ante estas condiciones, nuestra entrevistada dialoga cálidamente. Como dice aquel refrán de unos colegas periodistas en pie de lucha por sus habichuelas: alguien tiene que contarlo.
Metro: ¿Ha visto muertes en el hospital?
Dra. Helen: En los hospitales todos los días la gente se muere, pero acá hemos visto muertes por el huracán todos los días. El mismo viernes vimos dos víctimas de María y se terminó muriendo una de las víctimas el sábado, un paciente que lo dieron de alta durante María y tomaba un medicamento que licuaba la sangre. Este paciente se cayó y sangró en la cabeza. Tenía la sangre muy líquida, porque estaba en anticoagulante. Llegó allí y no tenía CTscan para hacerle. Terminó muriendo, porque no pudieron operarlo. Y no pudieron operarlo porque no había estudio de imagen para hacerle.
Y eso es así a diario, todo el tiempo llegan pacientes de la calle que no han podido encontrar sus médicos primarios por el huracán, que no han podido conseguir sus medicamentos y llegan descontrolados de todo. Ahora mismo las salas de operaciones no están funcionando bien por el asunto de la electricidad. Funcionan un día, al otro día no. Hay pacientes estancaos’, estancaos’ pa’ operarlos y eventualmente se infectan, se mueren en el hospital.
Metro: ¿Estamos ante una crisis de epidemia?
Dra. Hellen: Estamos en un riesgo aumentado de epidemias por la falta de sanidad y por la falta de agua. Hace dos semanas no se veían casos concretos de leptospirosis por ejemplo y esta semana hay más de cinco casos en Carolina, hubo un caso en Centro Médico. Y mientras más pase el tiempo más van a llegar. Si no se resuelve lo del agua, lo de la sanidad en general van a llegar más. Hay aguas sucias, la gente está tomando agua de la pluma porque no hay agua potable. Hay riesgo de gastroenteritis y de enfermedades mortales como la leptoptirosis.
Metro: Los casos de leptoptirosis no cuadran con lo que encuentran los periodistas…
Dra. Hellen: Es que es una enfermedad difícil de diagnosticar. Entonces a veces se sobrediagnostica. Se sabe bien si se trata y mejora. La semana pasada no había nada y en el Hospital de UPR Carolina ahora hay varios casos y en Centro Médico hay uno por lo menos en estado crítico. Siempre hay casos de leptoptira en Puerto Rico. Eso acá no es algo inusual. Pero, definitivamente, han estado aumentando.
(Nota del editor: Aquí pausamos. Este es solo la primera parte de esta entrevista. Espere pronto lo próximo de esta la entrevista en los portales metro.pr y elcalce.com)