WASHINGTON (AP) — Otros dos empleados del gobierno estadounidense fueron confirmados como víctimas de ataques invisibles en Cuba, afirmó el viernes Estados Unidos, lo que eleva a 24 el total de personas afectadas.
La cifra va en aumento desde que Estados Unidos reveló por primera vez en agosto pasado que empleados de la embajada y sus familias en La Habana han sido afectados en su salud por incidentes misteriosos e inexplicables.
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El gobierno del presidente Donald Trump dijo después que determinó que los incidentes fueron “ataques específicos” que aún se presentan, sin que los investigadores hayan identificado al responsable o un arma.
El anuncio de que son 24 víctimas deja entrever que casi la mitad de los empleados del gobierno estadounidense en Cuba han sido víctimas de los ataques.
Estados Unidos tenía hasta hace unos días unos 50 empleados en su embajada en Cuba, pero el Departamento de Estado retiró a casi el 60% del personal en respuesta a los ataques. Sin embargo, algunas de las víctimas fueron cónyuges del personal estadounidense y varias más fueron empleados temporales asignados para una permanencia de corto plazo en la isla.
La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, dijo que las dos víctimas adicionales “no reflejan nuevos ataques”.
“Las valoraciones se basaron en exámenes médicos al personal afectado por los incidentes a principios de este año”, según Nauert.
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Nauert señaló que se considera que el ataque más reciente ocurrió a finales de agosto. Un funcionario estadounidense había dicho antes a The Associated Press que el ataque tuvo lugar el 21 de agosto. El funcionario solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a revelar la fecha.
“Nuestro personal recibe amplias evaluaciones y atención médica”, afirmó Nauert.
Estados Unidos “no puede descartar nuevos casos adicionales debido a las evaluaciones que los profesionales médicos continúan haciendo a integrantes de la comunidad de la embajada”, añadió la vocera.
Los ataques comenzaron el año pasado y afectaron a diplomáticos, funcionarios estadounidenses de inteligencia y sus cónyuges en La Habana. Los incidentes comenzaron en las viviendas del personal en La Habana, pero la AP reveló en septiembre que posteriormente también ocurrieron en hoteles.
Los ataques en los hoteles comenzaron después de que Estados Unidos presentó una queja al respecto ante el gobierno del presidente Raúl Castro y las autoridades de seguridad cubana incrementaron los patrullajes alrededor de las viviendas de los empleados del gobierno estadounidense, según funcionarios.
Cuba rechaza tajantemente haber tenido conocimiento o participación en esos incidentes y manifestó su disposición para cooperar con las investigaciones a cargo del FBI. Estados Unidos no ha culpado a Cuba ni a nadie más de llevar a cabo los ataques, pero responsabilizó al gobierno de Castro por su incapacidad para detenerlos, y argumentó que es obligación de Cuba, de conformidad con el derecho internacional, proteger a los diplomáticos extranjeros en su país.
“Creo que Cuba es responsable, en verdad lo creo”, dijo el presidente Donald Trump la semana pasada. “Y, como saben, es un ataque muy inusual. Pero sí creo que Cuba es responsable”.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, no respondió el viernes cuando se le preguntó si Trump está satisfecho con la pesquisa. Comentó que es una “investigación abierta” y “algo de lo que no podemos abundar en este momento”.
Algunos canadienses también resultaron afectados por los ataques, que provocan distintos síntomas físicos. Estados Unidos ha dicho que las víctimas han reportado problemas cognitivos y de la vista, y que algunos han experimentado problemas de memoria y equilibrio, dolores de cabeza y zumbido en los oídos. El sindicato que representa a los diplomáticos estadounidenses ha informado que a algunos de los afectados se les ha diagnosticado pérdida auditiva permanente y conmociones cerebrales.
Algunos de los casos involucran estridentes y misteriosos sonidos que llevaron a los investigadores a contemplar la posibilidad de que algún arma sónica estuvo involucrada. La semana pasada, la AP difundió una grabación del sonido que escucharon algunos de los trabajadores estadounidenses.