Para muchos, una de las sensaciones más emocionantes ante la escasez de servicios básicos es el momento en que se restablece el servicio de energía eléctrica.
Y es que Puerto Rico vive una de las emergencias más grandes a causa del huracán María que colapsó el servicio de eléctrico en el país y tal fue la devastación que a un mes de su paso apenas poco más de un 20 % de los clientes tienen el servicio.
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Dado a que aún la mayor parte del país permanece a oscuras, los celadores; aquellos que cargan sobre sus hombros la responsabilidad de restablecer el frágil sistema, se convierten en héroes anónimos.
Aunque de ordinario su labor es ardua tomando en cuenta la osadía que conlleva trabajar con electricidad y el peligro de instalaciones mal hechas de generadores, ahora en la emergencia su trabajo es aún más arriesgado.
“Todos los días salimos y arriesgamos nuestras vidas, por eso estamos atentos a la seguridad, para poder regresar a nuestras casas porque tenemos familias que nos esperan. Estamos dando la milla extra día a día y apostamos a nosotros, porque estamos entrenados para esto y la gente confía en nosotros”, dijo a Metro el celador 1, Néstor Orengo Rodríguez, acompañado por su colega Roberto Rojas, celador 3 y encargado de la brigada de la Autoridad de Energía Eléctrica.
El equipo destacado en Sabana Seca en Toa Baja trabaja desde las 6:30 de la mañana y son sobre doce horas las que comprometen sus vidas, pero antes de ello, hacen una reunión y luego oran para entonces partir al lugar que les toca. Entre las labores que realizan está remplazar aisladores, levantar cables, cambiar postes, enderezar los que cayeron, de manera que “las líneas estén disponibles para el momento en que se puedan energizar ya estén listas”.
Rojas expuso que la seguridad es el aspecto más importante de su jornada. “Siempre que llegamos al área de trabajo, utilizamos unas herramientas e instalamos tierra, eso es para probar que no haya retroalimentación de ninguna línea, que ninguna esté viva”, explicó el celador líder de la brigada.
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Sobre si temen de algún accidente o están confiados, el empleado señaló que “tenemos que estar confiados. Siempre está la preocupación de que exista algún percance cuando se retroalimente, pero estamos bien pendientes”.
Por su parte, Orengo agradeció el respaldo de los ciudadanos, quienes les llevan comida, agua, y le gritan mensajes positivos. De hecho, mientras la brigada ofrecía declaraciones a Metro una vecina de la comunidad de Sabana Seca les llevó refresco.