PARÍS — Estados Unidos anunció el jueves que se retira de la UNESCO por considerar que esa agencia de la ONU tiene un sesgo antiisraelí y necesita una “reforma fundamental”.
Aunque el gobierno del presidente Donald Trump se preparaba desde hace meses para un posible retiro de la agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el anuncio del Departamento de Estado sacudió la sede de la agencia en París, mientras el organismo busca elegir un nuevo director.
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La directora saliente de la UNESCO expresó su “profundo pesar” por la decisión de Washington y trató de defender la reputación de la agencia, mejor conocida por su programa de Patrimonio Mundial para proteger sitios y tradiciones culturales en todo el mundo.
Estados Unidos dejó de financiar a la UNESCO después de que realizó una votación en la que decidió incluir a Palestina como miembro en 2011. Pero el Departamento de Estado había mantenido una oficina ante la UNESCO mientras intentaba influir en políticas tras bambalinas. Estados Unidos adeuda ahora a la UNESCO cerca de 550 millones de dólares en pagos atrasados.
En un comunicado, el Departamento de Estado dijo que la decisión entrará en vigencia el 31 de diciembre de 2018 y que Estados Unidos buscará tener en cambio un estatus de “observador permanente” en la agencia. Citó la creencia de Estados Unidos en “la necesidad de una reforma fundamental en la organización”.
A varios diplomáticos que iban a ser enviados a la misión este verano se les dijo que sus puestos estaban en suspenso y se les aconsejó que buscaran otros empleos. Adicionalmente, en el proyecto de presupuesto del gobierno de Trump para el próximo ejercicio no se prevé la posibilidad de que se suspendan las restricciones financieras impuestas a la UNESCO.
Además de la falta de personal y de planes de financiación para la UNESCO por parte de Estados Unidos, altos funcionarios estadounidenses _entre ellos la embajadora ante la ONU Nikki Haley_ han hecho denuncias reiteradas a la UNESCO.
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Funcionarios estadounidenses dijeron que el secretario de Estado Rex Tillerson tomó la decisión y que no la discutió con otros gobiernos, sino que fue el resultado de una deliberación interna del gobierno.
La decisión fue revelada a The Associated Press antes de que fuera anunciada formalmente. Los funcionarios que dieron la información, los cuales no estaban autorizados a ser identificados públicamente para hablar del tema, dijeron que Estados Unidos está especialmente molesto por aquellas resoluciones de la UNESCO que niegan las conexiones judías con ciertos lugares sagrados y por las referencias a Israel como una potencia ocupante.
Algunos diplomáticos consideraron que la votación de 2011 en la UNESCO para incluir a Palestina fue una prueba de un arraigado sesgo antiisraelí dentro de Naciones Unidas, donde Israel y sus aliados están muy por debajo frente a los votos de los países árabes y sus partidarios.
La directora saliente de la UNESCO, la búlgara Irina Bokova, calificó la partida norteamericana como una pérdida para “el sistema de Naciones Unidas” y para el multilateralismo. Dijo que Estados Unidos y la UNESCO son importantes el uno para el otro más que nunca para luchar mejor contra “el aumento del extremismo violento y el terrorismo”.
Bokova defendió la reputación de la UNESCO al destacar los esfuerzos de la agencia para apoyar la educación sobre el Holocausto y capacitar a los maestros para que luchen contra el antisemitismo. Recordó que la Estatua de la Libertad en Nueva York es uno de los muchos sitios del Patrimonio Mundial protegidos por la agencia de Naciones Unidas.
Otros miembros de la UNESCO no hicieron comentarios inmediatos sobre la partida de Estados Unidos.
No es la primera vez que Estados Unidos se retira de la UNESCO. Lo hizo en la década de 1980 porque Washington la consideraba mal administrada, corrupta y porque creía que estaba siendo utilizada para promover los intereses soviéticos. Se reincorporó a ella en 2003.