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Plasman en papel el azote de María

Los niños de la Casa Manuel Fernández Juncos pasaron el huracán María dibujando, pero no estuvieron exentos del desastre tras el huracán

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Aveces las lecciones de la vida no llegan con los años ni las experiencias o la adultez. En ocasiones, las enseñanzas más significativas emanan de la inocencia y esperanza de los que en un futuro no tan lejano tendrán en sus manos el país. 

Los 26 niños y jóvenes de la Casa de Niños Manuel Fernández Juncos pasaron dibujando la mañana del miércoles que el huracán María arropó a Puerto Rico. La dinámica era sencilla: plasmar en un papel lo que llegara a su mente en medio del huracán. Iván (todos los nombres de los menores se han cambiado para proteger su identidad), plasmó en un papel el símbolo de la Casa de Niños, la lluvia y los relámpagos de María y los nombres de cada uno de sus compañeros en el albergue. 

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“A mi me vino a la mente ese dibujo porque siempre nosotros, los de la Casa de Niños Manuel Fernández Juncos y los educadores, siempre estamos juntos y nunca nos separamos, compartimos como familia, compartimos nuestras comidas, nuestros cepillos, las medias, la ropa, porque somos como fuéramos hermanos”, expresó Iván, de 12 años. 

Otro de los dibujos simulaba la forma de un huracán categoría cinco, como el que azotó a la isla, con su ojo definido y distintos colores alrededor, como definiendo la intensidad de los vientos y lluvias que componían el sistema. 

“Yo dibujé el huracán porque nosotros estábamos como quien dice dentro del huracán”, apuntó Carlos, de 10 años, añadiendo que pesar de estar en medio de la tormenta, “siempre vamos a estar unidos en las cosas difíciles y las fáciles, pero siempre vamos a estar unidos”.

Pero los dibujos de los menores no reflejaron solamente el paso de María. También plasmaron un nuevo amanecer, el futuro de un Puerto Rico levantado y más fuerte. 

“Yo quise dibujar El Morro porque aunque vino la tormenta, no pudo destruir la belleza que hay en Puerto Rico y también para mi eso significa que podemos estar seguros en la Casa de Niños y que nada malo nos va a pasar y podemos estar en familia”, explicó Enrique. 

Los menores hicieron dibujos mientras María azotaba a Puerto Rico, expresando su sentir ante el paso del huracán. / Foto: Miguel Dejesús

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“Las cosas que se derrumbaron vamos a poder construirlas pero mejor y vamos a estar mejor que antes del huracán y vamos a estar mejor en la economía”, añadió el visionario de 13 años. 

Renato Solórzano, coordinador pedagógico de la Casa de Niños, decidió bajar a los menores a uno de los salones ubicados en el área de dormitorios durante la mañana de aquel miércoles, cuando María comenzó a arrancar algunas ventanas de distintas habitaciones. Ese junto a los menores estaba el director de la Casa hogar, tres educadores y el coordinador. 

“Cuando llegó María, así fuerte, los muchachos estaban durmiendo pero María llegó y tumbó como cuatro ventanas de los dormitorios, ahí mismo todos con martillos a solucionar la situación”, relató Solórzano. “Ahí se despertaron algunos, a las 8 despertó el resto”, continuó. 

Para manejar la situación, el coordinador decidió llevar a cabo un certamen de dibujos, pequeñas creaciones que hoy se convierten en mensajes para la ciudadanía. 

María llevó consigo parte del techo del edificio administrativo del Hogar de Niños Manuel Fernández Juncos, la puerta principal, algunas ventanas de los dormitorios, llevó las planchas de zinc del estacionamiento y destrozó sus árboles. 

El huracán María arrancó por completo la puerta principal de una de las estructuras de la Casa hogar Manuel Fernández Juncos. / Foto: Miguel Dejesús

En las labores de recogido y limpieza participaron todos los menores, explicó Solórzano. 

“Para mi fue una experiencia muy bonita porque a pesar de que todo ese desastre que tuvimos, pudimos trabajar en equipo y nunca nos quitamos y nunca nos rendimos”, expresó Enrique. 

“Cuando yo salí, no esperaba que pudiera ser tan desastroso, tanto daño en la Casa de Niños y yo estaba a punto de rendirme pero vi a mis compañeros trabajando y ellos me ayudaron a seguir trabajando y mejorando la casa y limpiándola”, añadió Iván.  

El albergue trabaja ahora en la reparación de las ventanas, algunas de las cuales ya han sido arregladas. La Casa de Niños forma parte de la Red de Albergues de Niños de Puerto Rico, unos 104 hogares que cobijan en total a unos 589 menores que están bajo custodia del Departamento de la Familia. 

La pasada semana Metro publicó un artículo sobre las necesidades urgentes de los albergues, que carecían principalmente de agua potable y par uso general.

“Después del reportaje que salió, además del agua, nos llegó suministro de diesel para lo albergues que tiene planta”, indicó Marcos Santana Andújar, presidente de la Red, al tiempo que agradeció la solidaridad y generosidad de las personas y entidades que apoyaron la causa.

La Red, además, abrió una cuenta a través de Go Fund Me para recaudar fondos que serían utilizados para atender emergencias o situaciones específicas. Santana indicó que otras necesidades especiales de los albergues son pañales de tamaño 3, 4 y 5, así como toallas sanitarias para las jóvenes en los hogares.

Si usted desea cooperar puede llamar al 787-532-8996 o puede escribir a marcos.santanaandujar@gmail.com.

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