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Moroveños distribuyen agua a comunidad en crisis

Vecinos de Morovis pueden abastecerse de agua gracias a la gestión de Jorge Matta Rivera y María "Cusa" Román Sifre

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Uno de los aspectos más desafiantes en un sector incomunicado es sin duda buscar los suministros para sobrevivir. Allí, el agua se convierte en uno de los tesoros más preciados.

En la comunidad San Lorenzo del municipio de Morovis se cayó el puente, que es la vía principal de entrada y salida de unas 300 familias. Tampoco hay servicio de energía eléctrica ni agua potable.

Sin embargo, en medio de las dificultades que encaran estos moroveños, Jorge Matta Rivera y María “Cusa” Román Sifre se han convertido en una esperanza. Ambos son los administradores de la Hacienda Cané y con el pozo del lugar, desde el paso del huracán María, reparten agua de forma gratuita a los residentes.

Sin embargo, su obra se ha visto amenazada ante la escasez de diésel para operar la planta que sustrae el agua del pozo. Matta Rivera explicó a Metro que han hablado con múltiples entidades y funcionarios gubernamentales que han arribado en helicóptero al lugar para llevar suministros, pero hasta el momento el diésel se continúa agotando.

“Seguiremos dando agua hasta que el Señor nos ayude”, sostuvo Matta Rivera al explicar que también brindan agua a comunidades de Veredas, Pasto y Alturas.

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La administradora, por su parte, detalló que establecieron un horario de 7:00 de la mañana a 3:00 de la tarde para repartir el preciado líquido, como una medida para controlar el uso de la planta. “Ellos vienen con sus drones, con sus botellas y le damos el agua, pero es en ese horario porque tenemos que rendir el diésel, no hay troces, no nada que podamos tener diésel para que las bombas sigan funcionando”, abundó la maestra de educación especial, al aclarar que se trata de agua tratada por filtros que tienen en la hacienda.

Román Sifre además prepara bolsas de hielo para repartir a las personas de edad avanzada y con alguna enfermedad. Mientras, los empleados de la Hacienda aún continúan ayudando con los tractores a abrir camino en la calles que quedaron intransitables por los escombros o árboles caídos.

“Las personas están bien agradecidas, dicen que si no fuera por este pozo no tendrían agua para beber, lavar ropa, su casa, el baño, todo eso es necesario y gracias a Dios estamos aquí para servirle a todo el barrio”, destacó Román Sifre.

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